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LA REPRESENTACIÓN TARDÍA EN LA CARTOGRAFÍA OFICIAL DEL VIAJE DE NÚÑEZ DE BALBOA
La pregunta principal que nos debemos hacer sería ¿por qué los cartógrafos castellanos no celebraron el ‘descubrimiento’ de Núñez de Balboa del océano Pacífico o del Mar del Sur? Un hecho interesante es que a pesar de que se recibieron las noticias del descubrimiento del Mar del Sur, este no aparece reflejado en la cartografía castellana de manera inmediata. Más inquietante es el hecho de que con la política cartográfica del momento, dirigida por Juan Rodríguez de Fonseca,5 y con la Casa del Contratación activa (Sagarra Gamazo, 2005), no haya quedado referencia alguna. Sorprende esta ausencia porque se sabe que en febrero del mismo año, 1514, llegó la noticia del descubrimiento de la Florida por Juan Ponce de León y, posteriormente, apareció el hallazgo en otros mapas, como el que dispuso hacer el obispo de Burgos (Juan Rodríguez de Fonseca), impulsor de la política de viajes al Nuevo Mundo, a Mártir de Anglería (Figura 1).
Figura 1. Opera. Legatio bauilonica. Occeani decas. Poemata Epigrammata, Pedro Mártir de Anglería, 1511. Cortesía de Biblioteca Capitular de Palencia
En carta se plasmó la evolución de los descubrimientos en 1514, es decir, reunía todos los apuntes de pilotos que habían viajado a aquella región hasta el momento. La fecha de realización no es segura, pero se puede suponer que fue posterior al nombramiento de Juan Rodríguez de Fonseca como obispo de Burgos, hasta el 5 de julio de 1514 (Sagarra Gamazo, 2009). En ese momento ya habían llegado las noticias de Vasco Núñez de Balboa sobre el descubrimiento del Mar del Sur. La versión más completa, la de Palencia, contiene los perfiles de las costas reunidos, pero no la parte de Vasco Núñez (Varela Marcos, 2005).6
En este momento surgen dos interrogantes: ¿por qué no aparece la información del Mar del Sur en el Padrón Real de finales de 1514 si fue un descubrimiento primordial en la política que perseguía España desde 1492? e ¿influyó en este silencio la expedición de Elcano y Magallanes en 1519 en busca de una ruta por el sur?
La primera referencia cartográfica que se tiene sobre este descubrimiento se encuentra en un mapa atribuido a Jorge Reinel y datado en 1519. Es un mapa manuscrito en portugués, donde se puede apreciar que la denominación otorgada al descubrimiento de Vasco Núñez de Balboa es “Mar visto pe los castelhanos” y no Mar del Sur. Este portulano es interesante, ya que aparece en 1519, cuando tuvo lugar la expedición de Magallanes y Elcano, y porque la fuente es portuguesa. Esta información induce a pensar que en ese año la Corona portuguesa ya conocía los avances de los castellanos, y que probablemente habían visto un plano donde se situaba ese mar. Se pone en duda la fecha, porque en 1519 se encontraban tanto el cabeza de familia, Pedro Reinel, como el hijo, Jorge Reinel, trabajando en Sevilla, realizando una carta sobre las Molucas, para el emperador Carlos V (Denuce, 1908, pp. 38-39) (Figura 2).
Figura 2. Mapa manuscrito, Jorge Reinel, ha. 1519. Cortesía de Valdeperillos Fuente de dominio público
La siguiente referencia interesante es la Carta Anónima que se conserva en la Herzog August Bibliothek, de Wolfenbuttel.7 Es un mapa manuscrito en pergamino, datado entre 1522-1523. ¿Por qué esperar tanto tiempo para reflejar en los Padrones Reales este descubrimiento? Sobre esta carta se han realizado algunos estudios muy interesantes. Entre ellos debemos destacar el de Richard Uhden, en 1938; de Luisa Martín-Merás Verdejo, en el catálogo de la exposición “Carlos V: la náutica y la navegación”, que tuvo lugar en el Museo de Pontevedra, en 2000 (Martín-Merás Verdejo, 2013), y el más reciente, el de Sanz Hermida, en 2013, por la conmemoración del V Centenario del descubrimiento del océano Pacífico (p. 67).
Lo primero que llama la atención es el adorno central de la representación: una rosa de 32 puntas que marca vientos y medios vientos, y se encuentra bajo el rótulo “Dabaiba y su leyenda ajena”. De los 32 rumbos que salen de ella, 12 llevan rosas; ninguna está adornada. Otros 12 puntos se adornan con otras rosas de los vientos, más pequeñas, y de las que salen 32 rumbos sobre los que se construye la carta. Otro detalle que no debe pasar por alto, ya que es la cuestión central, es que en el mapa el espacio geográfico representado se centró exclusivamente en el Caribe, sus islas y parte de la costa atlántica de América del Sur, desde la isla de Trinidad a 28º latitud sur, Mesoamérica y la Florida de Juan Ponce de León. Únicamente se hace referencia a las líneas de costa y se omite todo tipo de representación adicional como la hidrografía, a excepción de algunos sistemas montañosos. La costa está dibujada con una línea amarilla, de trazado anguloso. Las islas se colorean en rojo, verde y azul, tal como se venía haciendo en muchos portulanos anteriores. Generalmente, representaban islas imaginarias hasta el portulano de Juan de la Cosa. La decoración de este portulano es sencilla, a diferencia de otros que se presentaban a la Corona.
La zona de la isla de Cuba se representó de forma imprecisa. Sin embargo, la zona en la que se representa a la Florida y sus alrededores fue bastante acertada (a 25,5° de latitud norte, aunque la correcta sea 24,81°), lo que indica que lo realmente importante del mapa eran los últimos descubrimientos. La península de Yucatán se dibuja como una isla sin cerrar junto a la Insule del Real y otra sin nombre, y otro archipiélago al lado de Bassi Dellasscension. Las posiciones del cabo San Agustín y Cabo Frío son exactas, a 8º de latitud sur y 30,5º de latitud sur, tal y como se marcó en el descubrimiento de Vélez de Mendoza en 1501.
De las cinco leyendas que contiene el mapa, tres se relacionan con el descubrimiento de Núñez de Balboa. La primera aparece debajo de Venezuela, donde se lee Dabaida y Sic quedam Regina dominatrix cuius imperio plumiri populi praemuntur multi auri ditissima.8 Debemos recordar que Dabaide es el pueblo del cacique a donde llegó Vasco Núñez de Balboa y desde donde partió en busca del Mar del Sur. La segunda leyenda alude al mar recién descubierto por Vasco Núñez, pero en lugar de poner Mar del Sur aparece Occeanus Occidentali qvi cvm meridionali coivngitvr. La tercera inscripción reza Castigia del oro, que es el nombre por el que se cambió el Darién una vez que Balboa informó de las riquezas que existían en esa parte y que luego pasó a ser del dominio de Pedrarias Dávila.
Estas tres leyendas ofrecen información sobre cómo se organizaron los viajes realizados hasta el momento. En otras palabras, es un Padrón Real que tenía por objeto señalar qué había descubierto cada capitán en el Caribe, porque a esta parte fueron muchos descubridores de manera simultánea y hubo un sinnúmero de acusaciones y pleitos, tal como demuestran los problemas judiciales entre Balboa, Enciso y Pedrarias Dávila (Aram, 2008).
Esta teoría queda demostrada en cuanto se especifican los resultados de la expedición de Balboa al Dabaide, de la que dio cuenta por carta el 20 de enero de 1513 y de donde salió el nombre de Castilla del Oro. De nuevo aparece su último hallazgo, el del Mar del Sur, aunque aquí es denominado Océano Occidental, nombre que recibió por carta en marzo de 1514, y en la cual se pedían más hombres para seguir la expedición. Además, se diferencia su parte de otra que surge a continuación y que es la zona descubierta por Andrés Niño en 1522, la Costa de Tamao. No se indica, tal como señaló Sanz Hermida, ni la ciudad de Santa María del Darién, que existía desde 1510, ni la de Panamá, fundada en 1519. Asimismo, más allá del nombre de la costa, no aparecen otros topónimos en esta zona. Se puede sobreentender que en esta carta se quería examinar —tal era la función del Padrón Real— qué parte correspondía a cada uno, sin entrar en detalles, como topónimos que se habrían puesto en cartas más específicas y no en un compendio general. De ahí que tampoco se representen los descubrimientos del golfo de México por Grijalva, en 1518, o los de Alonso Álvarez, en 1519.
A través de la Carta Anónima de la Biblioteca de Herzog (Figura 4.9) queda patente que el descubrimiento del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa, en 1513, fue una gran aportación a la política descubridora del momento y conllevó replantearse toda la política de viajes. Es más, este descubrimiento confirmó la existencia del cuarto continente que Juan Rodríguez de Fonseca mandó plasmar en el Mapa de Juan de la Cosa de 1500 (Figura 3). De ahí que no sea entendible que no aparezca en documentación oficial hasta el año 1522. Esto, unido a la existencia de la carta anterior y al hecho de que normalmente se actualizaban los padrones cada vez que se realizaba un descubrimiento, induce a pensar que las cartas donde se reflejó este viaje debieron existir, pero aún no se han encontrado.
Figura 3. Mapa, Juan de la Cosa, 1500. Cortesía de Museo Naval de Madrid
Figura 4. El portulano del Pacífico, ha. 1515. Cortesía de Herzog August Bibliothek
Un reflejo similar es el denominado planisferio de Salviati y Castiglione de 1525 (Caraci, 1958, pp. 82-83; Sánchez Martínez, 2015, pp. 55-56). Fue un regalo de Carlos I a los embajadores Juan de Salviati y Baltasar de Castiglione. Curiosamente, son similares en manufactura y decoración (Figuras 5 y 6), de ahí que se le atribuyan a Diego Ribeiro, uno de los cosmógrafos más expertos de su tiempo y piloto mayor de la Casa de Contratación (Schafer, 1934 y 2003). Como se puede apreciar, la posición y representación de las rosas de los vientos son similares, así como la escasa ornamentación. Las líneas de costa se destacan en verde y las islas, fantasiosas, se resaltan en rojo y azul. La parte que nos interesa, la del Caribe, aparece más completa que en el mapa anterior y con una serie de diferencias como los topónimos.
Figura 5. Carta del navegare universalissima et diligentissima, Planisferio de Castiglioni, ha. 1525. Cortesía de Biblioteca Estense Universitaria de Módena
Figura 6. Detalle de Carta del navegare universalissima et diligentissima, Planisferio de Castiglioni, ha. 1525. Cortesía de Biblioteca Estense Universitaria de Módena
En el Planisferio de Castiglioni aparece la denominación del Mar del Sur por primera vez, y debajo Mar Occeano Occidemtal, que no vuelve a estar presente en ningún otro mapa. Es muy curioso que, al parecer, se intentó distinguir de nuevo entre lo que descubrió Balboa y los viajes posteriores. El hecho de que solo aparezca aquí significa que después dieron por sentado que todo era el mar que se había descubierto en 1513.
Se debe destacar la insularidad del Yucatán, algo de lo que se dudaba en la Carta Anónima que se conserva en la Herzog y motivo por el que se dejó abierta, pero aquí aparece confirmado. Asimismo, se aumentó la línea de costa y los topónimos, aunque algunos tuvieron grafía similar a la Carta Anónima de Herzog. En la costa de Panamá aparecen Caribana, Darien, y de perlas, Panama, p. de guerra, p. de buena, beragua. C. de S, Roque, ffurna, C. da lo este, Maranhon, R. de pascua, ffurna grande, C. blanco, R b de, Rº dulce, Rº Salado, Camari, Valhermoso. El topónimo ffurna aparece dos veces, y también aparecía en el mapa de 1522, así como R b de, con la misma letra.
Sin embargo, la mejor representación cartográfica donde se recogieron todos los descubrimientos, y que sigue la línea de la Carta Anónima de 1522 en Padrones Reales, es la edición hecha por Diego de Ribeiro (Figura 7). Como cosmógrafo, su deber era revisar el Padrón Real, lo cual que comenzó en 1526, cuando era miembro prominente de la Junta de Pilotos en Sevilla, presidida por Fernando Colón. Existen varias versiones de los planisferios que resultaron de esa revisión aunque solamente dos están firmados. Uno es este, que se conserva en la Biblioteca Gran Ducal de Weimar, de 1527, y el “Propaganda”,10 de 1529, o segundo mapa Borgian. Otros planisferios, de similares características, han sido atribuidos a esta revisión. En esta ocasión podemos apreciar la evolución de todos los viajes castellanos desde 1492 hasta Magallanes.
Figura 7. Planisferio, anónimo, s/f, de Florencia. Cortesía de Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia
En la parte que interesa en dicho mapa, en torno al Mar del Sur, se encuentra la siguiente leyenda:
Castilla del Oro, en el norte de América del Sur, es llamada así porque allí se encuentra mucho oro. Los indios son más guerreros que los de Santo Domingo y otras partes, porque usan flechas envenenadas. Aquí hay una localidad llamada St. Martha, donde grandes cantidades de oro se encuentran en el suelo. Dentro de ella, los alemanes tienen su territorio, de Cabo de la Vela a Cumana, de 140 a 150 leguas. (Figura 8)
Figura 8. Carta universal en que se contiene todo lo que del mundo se ha descubierto fasta agora hizola, Diego Ribero, 1529. Cortesía de Biblioteca Nacional de Francia
El cambio más significativo es que Yucatán aparece ya como parte de Tierra Firme. Sin embargo, respecto al tema de este estudio, lo más llamativo es la longitud con la que se representa el Mar del Sur respecto a las anteriores cartas (aunque en realidad le faltaban 25º grados latitud norte), debido a la colocación de las islas Molucas en la parte que correspondía a España (Figuras 8 y 9).
Figura 9. Detalle de Carta universal en que se contiene todo lo que del mundo se ha descubierto fasta agora hizola, Diego Ribero, 1529. Cortesía de Biblioteca Nacional de Francia
CONCLUSIÓN
Como se ha podido apreciar, la Carta Anónima y el planisferio de 1527 son las copias más fieles de los Padrones Reales que se hicieron en la época de los descubrimientos. Sin embargo, se observa que, tanto estos Padrones Reales como en los mapas realizados como copias (el portulano de Jorge Reinel, de 1519) o regalos (Salviati y Castiglione) corresponden a fechas muy tardías respecto al descubrimiento. Mediante la cartografía expuesta, y que parece ser el único reflejo del descubrimiento de Vasco Núñez de Balboa del paso del Darién a las Indias, se presentan dos hipótesis para explicar la ausencia de tan importante evento en las cartas hechas para la Corona.
La primera idea que surge, y por tanto la más sencilla, es que la ausencia de representación hasta 1519 se debió a que los mapas que la contenían no se conservan o todavía no se han encontrado. Es una posibilidad que tiene cabida en cuanto sabemos que el rey ordenó, por Reales Cédulas, enviar mapas del descubrimiento, y que el que envió Balboa resultó incomprensible. Asimismo, otra prueba de la existencia de mapas que contenían información sobre el descubrimiento es que el apunte de la familia Reinel sea una copia de otro mapa, castellano, que se encontraba en la Casa de Contratación de Sevilla en 1519.11 Lamentablemente, no tenemos constancia de muchos de los mapas que se encontraban en esa institución y que tanta información podrían proporcionar sobre la política de descubrimientos.
La segunda hipótesis, que parte de la primera, es que la confluencia de la incomprensión en torno a la zona descubierta y que correspondía al Mar del Sur, de la tardanza en conseguir una expedición fructífera por el Darién y del resultado del viaje de Elcano y Magallanes en busca de una ruta por el Sur dio lugar a que los cartógrafos de la Casa de Contratación fueran menos cuidadosos al representar el descubrimiento de Vasco Núñez de Balboa. Se piensa que la representación del Caribe en la Carta Anónima que se conserva en la biblioteca de Herzog se realizó para saber cómo estaban los descubrimientos de distintos capitanes en ese paso y valorar su productividad una vez que llegaron las noticias de Magallanes y Elcano.
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NOTAS
1 Para saber algo de su biografía, véase De Altoaguirre y Duvale (1914).
2 Esto es debido a la destitución del gobernador del Darién, Alonso de Ojeda (De Altoaguirre y Duvale, 1914, p. 30).
3 De esta relación tenemos información gracias a Fernández de Oviedo (1852-1855) y De Altoaguirre y Duvale (1914, pp. 87).
4 “Miguel de Pasamente nuestro thesorero general de las Indias me envió dos treslados de vnas letras buestras que le ynviastes que dezis que son como las que me escriuis fechas de 12 de Marzo deste presente año que trae Arbolancha y el dicho thesorero me escriue lo demás que vos a el le escriuis y suplicándonos por lo que os tocaren” (De Altoaguirre y Duvale, 1914, p. 53).
5 Esta política comenzó tras el estrepitoso fracaso del tercer viaje colombino. A partir de ese momento, comenzaron a enviarse expediciones tanto en dirección norte como sur para buscar un paso. Cada uno de estos viajes quedaba registrado mediante cartografía, que recibía el toresano. Ramos (1984) y Sagarra Gamazo (1990) presentaron este planteamiento.
6 En estos apéndices se hace referencia a otros mapas similares, estudiados por Ezquerra y Guillén, por Demetrio Ramos, y otros dos encontrados en Bolonia y Maine.
7 Herzog August Bibliothek, Wolfenbuttel, Cod. Guelf. 103, Aug. 2.
8 “Aquí una reina dominadora bajo cuyo poder muchos pueblos están oprimidos, riquísima en abundante oro”.
9 Herzog August Bibliothek, Cod. Guelf. 103, Aug. 2.
10 El nombre original es Carta Universal En que se contiene todo lo que del mondo Se ha descubierto fasta agora: Hizola Diego Ribero Cosmographo de Su Magestad: Año de 1529. La qual Se devide en dos partes conforme a la capitulcio que hizieron los catholicos Reyes de españa, y El Rey don Juan de portugal e la Villa de tordessilas: Año de 1494 (Davies, 2003).
11 En esos momentos, Sebastián Caboto era el cosmógrafo oficial de la Casa de Contratación, desde 1518 (Aram, 2003).
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