Chile 1810-2010: La República en cifras

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PRÓLOGO
Foreword

La Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Católica de Chile se aproxima a su centenario. En la actualidad se ha consolidado como líder latinoamericano gracias al esfuerzo de sus profesores y la calidad de sus alumnos y egresados. A través de ellos, nuestra facultad impacta en la sociedad y hace suyo el desafío de hacer que nuestra universidad logre la excelencia en la creación y transferencia del conocimiento, para beneficio de la sociedad y el país, cumpliendo de esta manera con su vocación de servicio público.

Para cumplir con este cometido, nuestros académicos están abocados a realizar investigación de primer nivel, que desplace la frontera del conocimiento de un modo significativo y relevante para nuestro país. Ese conocimiento, sólido y actualizado, se transmite a nuestros estudiantes a través de la docencia.

Como decano de una facultad que es parte de una universidad que se ha definido a sí misma como compleja, intentando equilibrar su quehacer fundamentalmente en torno a la docencia, investigación y la vinculación con la sociedad, me alegra prologar este libro y así dar a conocer a académicos, investigadores y público en general, esta suerte de mapa arqueológico del desarrollo chileno durante dos siglos.

Este libro es resultado de la línea de trabajo EH Clio Lab (Economic History and Cliometrics Lab) que se desarrolla en el Instituto de Economía de esta facultad desde hace más de una década. Esta línea de investigación está centrada en temas de desarrollo económico y economía política moderna; y, aunque enfocada en el caso chileno, también aborda el análisis comparativo con otras experiencias. Su objetivo es entender estos fenómenos a la luz del método propio de la economía y con apoyo de una sólida base empírica. De este modo, se espera extender y ampliar el punto de vista con que se podrán realizar estudios de economía como también conocer las opciones, perspectivas y características de experiencias previas que pudieran ampliar la visión con que se examinan y evalúan situaciones presentes.

El resultado de la investigación que aquí se da a conocer es el reflejo de la reconocida rigurosidad de los autores, y constituye un conjunto de series sobre temas económicos y sociales, cada cual con un significado preciso y acotado. Estos indicadores, dicen los autores, se podrían equiparar a una huella o rastro que dibuja la evolución del ente que los autores identifican con la República de Chile, una huella que podrá llegar a ser un ingrediente clave de descripciones e interpretaciones respecto del desarrollo de esta república.

Los autores del libro han puesto especial énfasis en la necesidad de dejar constancia de los razonamientos y métodos utilizados para lograr series que respondan a una definición lo más homogénea posible. Se facilita de este modo que los usuarios no solo puedan tener una clara noción de estos aspectos sino también que puedan, si lo estiman conveniente, elaborar series alternativas.

Igualmente, los autores han procurado que las series no tengan contenido valórico alguno ni constituyan por sí solas interpretación ni evaluación del desarrollo de la república. Sin embargo, ellas en sí mismas constituyen investigación y esto en un doble sentido. Por una parte la observación de la evolución e interacción de estos antecedentes podrá ayudar en la detección de interrogantes, anomalías y hechos estilizados que, junto con el conocimiento teórico disponible y la imaginación del investigador específico, podrán finalmente traducirse en un proyecto de estudio. Por otra parte, y más frecuente, las series podrán constituir antecedentes imprescindibles en exploraciones empíricas de hipótesis interpretativas con relación al desempeño económico de Chile, amén de servir de indicadores para caracterizar a esta república en vinculación con terceras experiencias.

En síntesis, ofrecer este libro a la comunidad significa que las series elaboradas por los autores, incluidas las exhaustivas explicaciones sobre su construcción, pasan al ámbito público y se constituyen así en antecedentes puestos en común y de fácil acceso. Su finalidad es ser de utilidad para quien quiera plantear interrogantes referentes al desarrollo económico chileno, fortaleciendo así la investigación en general. En ese espíritu los autores han intentado promocionar la divulgación de estos antecedentes presentando simultáneamente en castellano e inglés aspectos claves de este trabajo.

Este libro es un reflejo de la colaboración y de la competencia involucrada en todo proceso de investigación. Es colaborativo, pues toda investigación se apoya en desarrollos previos y paralelos; y es competitivo, pues sus resultados pueden ser contrastados y dar origen a nuevos estudios. La publicación permite desafiar o bien apoyar los resultados ya alcanzados, y estos debieran ser accesibles, es decir constituir un bien público. Este libro, en su origen y desarrollo, me parece que responde a este criterio.

JOSÉ MIGUEL SÁNCHEZ CALLEJAS

Decano Facultad de Ciencias Económicas y AdministrativasPontificia Universidad Católica de Chile

PRÓLOGO
Foreword

Es un motivo de alegría y orgullo escribir el prólogo a este libro de José Díaz, Rolf Lüders y Gert Wagner. Conozco el enorme trabajo, dedicación y esfuerzo que ellos han puesto durante muchos años para terminar este proyecto y poner a disposición del público la enorme cantidad de información de calidad acá contenida. Construir cada una de la gran cantidad de series estadísticas presentadas implicó un inmenso trabajo de búsqueda histórica y recopilación de diversas fuentes de datos y referencias bibliográficas, todo hecho con el rigor y criterio que ha caracterizado su labor docente y académica.

Lo que tenemos en este libro es un verdadero tesoro de información cuantitativa, la cual provee una rica caracterización de la historia económica y social de Chile independiente. Los autores han puesto a nuestro alcance series estadísticas para una gran cantidad de dimensiones de la economía y sociedad chilenas, desde el comportamiento de los agregados macroeconómicos a las tendencias demográficas y de políticas sociales. La información es rica en términos de los temas que cubre, crucialmente, en términos del horizonte de tiempo que captura. Los datos a los que ahora tenemos acceso no solo nos dan una radiografía del Chile que nos ha tocado vivir, o el Chile de nuestros padres, sino también del Chile en los inicios de su vida como país independiente y durante el siglo XIX. Contar con series de tal extensión, que nos permiten realizar análisis de muy largo plazo, es un enorme valor agregado de este proyecto.

La información que los autores han recopilado, recuperado y reconstruido es una herramienta de análisis extraordinariamente potente, tanto para estudiar la experiencia chilena a lo largo del tiempo, como para colocarla en el contexto de la experiencia de otros países. Utilizar estos datos permite complementar los elementos de análisis que nos proveen las narrativas históricas, ayudando a construir argumentos cuantitativos sólidos y rigurosos que mejoren nuestra comprensión de lo que ha sido la evolución de la economía chilena en el pasado, y que nos permitan tener mejores elementos de juicio para proyectar el futuro.

Gracias a estas series, por ejemplo, podemos tener una descripción detallada y multidimensional del proceso de crecimiento en Chile en los últimos 200 años, con décadas de alto crecimiento en que nos acercamos al ingreso de los países más ricos, y décadas en que el crecimiento se estancó y nuestra brecha con los países más avanzados aumentó. Podemos entender las fuentes de ese crecimiento, descomponiendo la contribución que realizaron la acumulación de factores y el crecimiento de la productividad, y ver el rol central que ha jugado esta última en explicar los cambios en la tasa de crecimiento del producto a lo largo del tiempo. Las series nos permiten también describir la contribución al crecimiento que han realizado los distintos sectores económicos, y ver la transición en la estructura productiva de Chile a lo largo de la senda de desarrollo. Se puede, asimismo, analizar el rol que han jugado el mercado financiero, el comercio internacional o la política fiscal en las distintas fases del proceso de crecimiento, y cómo este se ha visto afectado por los distintos marcos institucionales y de política económica que ha experimentado el país en su historia.

El análisis de largo plazo del proceso de crecimiento se puede complementar con la mirada al comportamiento de las series de ingreso en una frecuencia más alta, identificando la evolución del componente cíclico de la economía chilena a lo largo del tiempo. Una observación a la serie de crecimiento del PIB anual nos recuerda la gran volatilidad con que Chile convivió gran parte de su historia, con severas recesiones y fuertes expansiones. La reducción de la volatilidad macro en Chile en las últimas décadas surge, en ese contexto, como un quiebre respecto a la historia previa, y una prueba del éxito del marco general de políticas macroeconómicas que el país decidió adoptar durante este período, entre otras de un banco central autónomo. En la misma línea, las series nos dan también una historia cuantitativa de la inflación en Chile y su relación con las políticas monetarias, fiscales y cambiarias que se adoptaron a lo largo de los años. Los datos muestra lo prevalente que fue la inflación alta en Chile durante mucho tiempo, y lo que ha significado en el proceso de control de la inflación en niveles bajos y estables implementado con éxito en las últimas décadas.

 

Para concluir, no queda más que agradecer a José, Rolf y Gert por la gran contribución que realizan con este libro. El material acá contenido es una herramienta invaluable para académicos, analistas y estudiantes, y para el diseño y evaluación rigurosa de la política económica a la luz de lo que nos enseña la historia. Estoy seguro de que las estadísticas presentadas en el libro serán el punto de partida de muchos artículos de investigación y libros en el futuro, y espero que su ejemplo motive a más investigadores e instituciones a extender y complementar este material.

RODRIGO VERGARA M.

Profesor Titular, Instituto de Economía UCPresidente del Banco Central de Chile

PRÓLOGO
Foreword

This is an impressive volume of historical statistics. Not only have the authors taken great care in collecting and presenting the data here, but they explain at length their sources, pointing out strengths and weaknesses of each time series. The appearance of Chile 1810-2010: La República en Cifras contributes to a major watershed. Although the authors have been collecting the data reported here for some time, its publication makes Chile one of the first Latin American countries to have such a comprehensive historical statistics volume. It all started with the US Department of Commerce’s Historical Statistics of the United States: 1789-1945 (1949) followed by Phyllis Deane and Brian Mitchell’s Abstract of British Historical Statistics (1962). The appearance of Chile 1810-2010 is consistent with the country’s social science leadership and intense public policy interest. One can only hope that more Latin American countries will follow Chile’s lead so as to sharpen our understanding of economic and social change since Independence in the region.

JEFFREY G. WILLIAMSON

Laird Bell Professor of Economics, emeritusHonorary Fellow, University of Wisconsin

AGRADECIMIENTOS
Acknowledgments

El material que compone este libro es producto de la línea de trabajo desarrollada por los autores en el Instituto de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, al alero del Economic History and Cliometrics Lab. Nuestro agradecimiento a los profesores y a las diferentes autoridades de la universidad, la facultad y el instituto por su apoyo. Igualmente, se reconoce a los colegas del Clio por su fe en el proyecto: Francisco Gallego (director), Jeanne Lafortune, Matías Tapia, José Tessada, Cassandra Sweet, Gustavo Bobonis, Claudio Ferraz y James Robinson.

Esta línea de trabajo se sustenta en las primeras etapas en el respaldo de parte de Manuel Cruzat Infante y Empresas CB. Su continuación fue posible gracias a diversas agencias, la Dirección de Postgrado e Investigación de la Universidad Católica (DIPUC), el Banco Central de Chile y la Iniciativa Científica Milenio, (PO7S-016-F, 2008-2010). La etapa reciente de este trabajo ha contado con el financiamiento de CONICYT/Programa de Investigación Asociativa SOC 1102.

La información acá presentada es resultado de un proceso de acopio y discusión en que han intervenido muchas personas. Agradecemos la colaboración, ideas y comentarios recibidos en diferentes instancias de Soledad Arellano, Patricio Bernedo, Juan Braun, Matías Braun, Ignacio Briones, Pablo Camus, Eliana Chamizo, Ricardo Couyoumdjian, Nicolás Cruz, Manuel Cruzat V., Carlos Donoso, Antonio Dougnac, Hernán Debesa, Pilar Hevia, Ricardo Nazer, Carolina Sciolla, Juan E. Vargas y Felipe Vicencio. Nuestro agradecimiento también a José Jofré y Pedro Jeftanovic (Q.E.P.D.), quienes colaboraron con los autores a lo largo de estos años tanto en la construcción de las series monetarias y fiscales como en diversos temas específicos.

Versiones previas de este trabajo recibieron comentarios de Luis Bértola, Albert Carreras, Juan E. Coeymans, Ricardo Ffrench-Davis, Angus Maddison (Q.E.P.D.), Gabriel Palma, Joseph Ramos, Lennart Schön, Ewald Stark y José Yáñez, entre otros. Klaus Schmidt-Hebbel ha sido un entusiasta impulsor de este proyecto.

La conclusión de este trabajo fue facilitada por la ayuda de Juan Matamala, María Victoria Edwards y Constanza Gómez.

La responsabilidad final sobre los errores del documento solo compromete a los autores.

INTRODUCCIÓN

Este libro ofrece un conjunto de indicadores cuantitativos que describen rasgos del desarrollo de la República de Chile en el período 1810 a 20101. Las series se organizan en temas o capítulos generales, los que recogen aspectos salientes de, uno, la actividad comercial y financiera, tanto doméstica como de las relaciones con el resto del mundo; de, dos, el quehacer del fisco visto principalmente a través de sus ingresos y gastos; y de, tres, un conjunto de indicadores que se asocian a dimensiones tales como demografía, inflación, participación de los ciudadanos en el trabajo comercial, rasgos de la escolaridad formal, y muchas otras como detalla el índice.

Se trata de indicadores que proporcionan una amplia base para elaborar descripciones sustantivas del desarrollo agregado del país, es decir, de la evolución del quehacer de la sociedad y de la gente relacionada con este territorio. Metafóricamente podrá imaginarse que se trata del registro que realiza una cámara satelital que, en una nave capaz de cruzar el tiempo, capta la huella que dibuja el quehacer de todos estos actores. Así, el aporte de individuos, de regiones y de entes descentralizados se agrega en expresiones numéricas compuestas, las que incorporan todos estos aportes, aunque solo como partes indistinguibles de un todo.

Indicadores regionales y locales, y las referencias a empresas y organizaciones específicas –exceptuando el fisco– son casi inexistentes, al igual que los nombres de actores históricos, sean ellos generales, ministros, presidentes u obispos; en realidad, los únicos nombres con que se encontrará quien revise las explicaciones que acompañan estas series corresponden a autores o bien a organizaciones cuyos datos son empleados aquí para construir indicadores de larga cobertura temporal. Sin embargo, y como señala la metáfora, las magnitudes agregadas que figuran en estas páginas fluyen de recuentos que toman en consideración todo lo ocurrido en un determinado ámbito de tiempo-espacio territorial, reflejando así, aunque anónimamente y de manera no separable, el quehacer de las personas y organizaciones, además de las expresiones de múltiples interacciones entre ellas.

Sin ignorar importantes contribuciones de entes descentralizados o privados, por ejemplo, la Sociedad de Fomento Fabril y otras asociaciones, el Estado es el gran productor de estadísticas básicas y su disposición, capacidad y efectividad para realizar esta tarea constituyen ingredientes claves en la construcción de estas series. En el inicio de la república el registro estadístico se circunscribe al funcionamiento fiscal, a los movimientos de comercio exterior y a recuentos poblacionales. Alrededor de mediados del siglo XIX el Estado crea un departamento a cargo de la confección de estadísticas, inicialmente con la idea de mejorar la calidad y cobertura de los censos poblacionales; luego, a partir de la década de 1860 comienza a producir estadísticas sobre la producción de un conjunto amplio de bienes básicos y lentamente, aunque con altibajos, extiende su labor al registro de todo tipo de fenómenos sociales2. En el siglo XX surge otro actor en este campo: el Banco Central, agencia que emprende una significativa tarea de recopilación de antecedentes generados en otras reparticiones, como también de construcción propiamente tal de indicadores.

En esta ocasión no corresponde calificar esta labor del Estado; nuestro conocimiento es meramente el de usuarios y no hemos realizado un estudio del tema y tampoco comparado con la manera en que otros países han enfrentado estos desafíos. Aquí corresponde reconocer que hemos encontrado una cantidad importante de material básico y que ha podido ser utilizado para la construcción de estas series, ilustrando de este modo dos siglos de evolución de la sociedad. Convendría, por último, mencionar aunque sea al pasar, características del proceso evolutivo experimentado por el país que, de uno u otro modo, llegaron a complicar la producción de estadísticas básicas o que, al menos, significaron, a veces, un largo proceso de aprendizaje en cuanto a cómo enfrentar tales situaciones.

Como ya fuera señalado, en la segunda mitad del siglo XIX toma forma la producción de estadísticas básicas, esto coincidentemente con una mayor actividad fiscal en general. Es a partir de la Primera Guerra Mundial y de los años 1920 que el fisco experimenta un cambio significativo en el ámbito de su influencia, incrementando notoriamente su presencia, imponiendo nuevas actividades públicas y regulaciones. El proceso continúa hasta el presente, pero, y especialmente en el primer medio siglo de este desarrollo, este mayor grado de participación del fisco en ocasiones no se ve acompañado por un crecimiento paralelo de su capacidad estadística, limitando así una adecuada cobertura y registro de las innovaciones.

Otro aspecto que complica la producción de estadísticas básicas es que a partir de los años1930, el fisco, y por ende el país, ve debilitada su capacidad de llevar cuentas en unidades monetarias, distinguiendo nítidamente entre valores nominales, aquellos que recogen la inflación y, por otra parte, los valores reales subyacentes, una capacidad que el fisco y el país solo recuperan íntegramente en las últimas décadas del siglo veinte.

El período seleccionado

A lo largo de estos dos siglos el país experimentó cambios y transformaciones de diversa índole, manteniendo a la vez rasgos fundamentales que solo evolucionaron pausadamente. Finalizar esta recopilación el año 2010 nos parece una fecha apropiada, no solo por su carácter de efeméride, un “cumple siglo”, sino también por cuanto de ahí en adelante buena parte de las series podrán ser puestas al día por quienes requieran tales antecedentes. En tanto se cuente con algo de la paciencia del buen navegante, resultará posible tomar contacto con las páginas y publicaciones de las agencias que producen estadísticas, incorporando de este modo los indicadores para los años siguientes. Esto sin perjuicio de que se trata aquí de un contexto dinámico, seguramente en constante evolución, de modo que la posibilidad de cambios e innovaciones en la presentación de las cifras por parte de los productores de estadísticas básicas podrán requerir de algún esfuerzo adicional de adaptación para mantener a continuidad con los indicadores recogidos en esta publicación.

En el otro extremo, el inicio en 1810 es un elección más compleja, pero como esperamos mostrar, no totalmente arbitraria. De partida, coincide con la fecha que hoy en día es vista, simbólicamente al menos, como el inicio del proceso que finalmente culminaría con la república propiamente tal. Aunque en muchos aspectos relevantes la nueva forma organizacional mantendrá la institucionalidad precedente, hay también buenas razones para pensar que esa fecha marca un quiebre significativo en lo que concierne a la construcción de indicadores con capacidad para describir el desarrollo. Los conflictos, expropiaciones y cambios de poder implícitos en el paso de la estructura de gobierno colonial hacia una organización republicana se habrán traducido a dificultades y ajustes diversos para la producción en el territorio, amén de las limitaciones al financiamiento fiscal que suelen acompañar transiciones como esta. Asimismo, la apertura comercial explícita y formal que tempranamente asumió la organización pública emergente y la base tributaria que a ella se asocia seguramente estuvieron impulsando cambios y estímulos varios, abriéndose así nuevas oportunidades, pero también, y es lo que aquí cabe mencionar, nuevos desafíos en materia de construcción de estadísticas básicas.

 

Los autores hemos estimado que el proceso de ajuste asociado al ciclo independentista completo, expresado en términos de producción, se extiende aproximadamente por 20 años, siendo su mejor conjetura que a comienzos de la década de 1830 el país habría recuperado el ingreso per cápita alcanzado en 1810 (Díaz, Lüders y Wagner, 2007). Este, entonces, es un segundo argumento para nuestra fecha de inicio: 1810 correspondería al último año antes de iniciarse un extenso proceso de cambios de todo tipo y que se asocian a nuevos desafíos estadísticos. Un tercer argumento para pensar en la conveniencia de una fecha de inicio como la señalada gira en torno a la disponibilidad del material básico para configurar indicadores de este tipo.

El corolario que extraemos es que un corte se torna aconsejable, pero también reconocemos que este argumento no apunta estrictamente al año 1810; lo que hace, a nuestro entender, es subrayar que en este contexto general se refuerza la idea de la necesidad de innovar en forma significativa en materia de búsqueda de datos básicos. Finalmente, digamos también que la elección de la fecha de inicio no implica que todas las series comiencen con 1810, más bien son pocas las que logran esto y en este sentido el año de inicio es simplemente un referente.

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