Desde la religión a Cristo

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Desde la religión a Cristo
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Desde

la Religión

a Cristo

Peter Jeffery

Publicaciones Faro de Gracia P.O. Box 1043 Graham, NC 27253

Publicado por:

Publicaciones Faro de Gracia P.O. Box 1043 Graham, NC 27253 www.farodegracia.org

ISBN: 978-1-629461-46-5

Agradecemos el permiso y la ayuda brindada por Calvary Press Publishing para traducir e imprimir este libro, From Religion to Christ, al español.

From Religion to Christ

Copyright © 2001, by Calvary Press Publishing

Greenville, SC, 29617

This edition published by arrangement with Calvary Press. All rights reserved.

© 2017, por Publicaciones Faro de Gracia. Traducción al español realizada por Abraham Paniagua. Redactada por Armando Molina. Diseño de la portada por Greg Warner, Small Refections. Todos los Derechos Reservados.

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio – electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro – excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.

Desde la Religión a Cristo

Peter Jeffery


Contenido

Una palabra de introducción

-1- Nicodemo: El Fariseo

-2- Nacer de nuevo

-3- La evidencia del nuevo nacimiento

-4- Agua y viento

-5- Cristo levantado

-6- De tal manera amó Dios al mundo

-7- Todo aquel

-8- Muerte o vida

-9- El pecado de la incredulidad

-10- El veredicto

-11- Nicodemo: El cristiano nacido de nuevo

Otros Títulos de Publicaciones Faro de Gracia

Una palabra de introducción

Este libro ha llegado ahora a tus manos. ¿En qué condición te encuentra? Con esto estoy preguntándote tu condición ante los ojos de Dios, no de tus amigos o familia, o aun de ti mismo.

Fue escrito este libro por un pastor en Gales que desea ayudar a las personas a venir a una verdadera experiencia salvífica con Jesucristo. Él está profundamente preocupado de que el mundo esté lleno de personas que son religiosas, pero no redimidas. Ha escrito de manera muy sencilla para que puedas entenderlo. Pero para poder ayudarte, quiero ofrecerte las siguientes sugerencias:

Primero, antes de leer, abre tu Biblia y lee Juan 2:23-3:21. Deja abierta esta porción de tu Biblia siempre que tomes este libro para leerlo. La Biblia es la única autoridad para la fe (lo que creemos) y la vida (cómo vivimos). Fue escrita por hombres escogidos por Dios para comunicar perfectamente Su voluntad.

Segundo, te animo a orar por luz del Señor siempre que leas este libro. La oración es la llave dada por Dios para abrir los tesoros contenidos en la Palabra. Ora con las palabras del salmista: “Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18). Lee también Proverbios 2:1-6 y toma nota de los requerimientos para alcanzar la sabiduría y conocimiento de Dios.

Tercero, te invito a prepararte a poner este libro a un lado en los momentos en que estés apercibido de que el Señor está hablando directamente a tu consciencia. Usa este pequeño libro como un instrumento para acercarte al Señor.

Finalmente, te recomiendo buscar una iglesia donde la Palabra de Dios sea considerada el único estándar de verdad y justicia. El verdadero pueblo de Dios siempre será encontrado reunido en humildad delante de Su Santa Palabra.

¡Que puedas llegar a conocer el poder del Evangelio dentro de tu propio corazón y vida a medida que buscas al Señor diligentemente con todo tu ser!

Los Editores

-1-
Nicodemo: El Fariseo

Juan capítulo tres es probablemente uno de los capítulos más conocidos en la Biblia. La mayoría de los cristianos podrían relatar con precisión la conversación entre Jesús y Nicodemo, y la mayoría podría repetir de memoria el versículo dieciséis. Aquí encontramos a Jesús y al Fariseo teniendo una seria y sobria conversación, y Jesús procediendo a enseñar a este hombre lo que es una de las doctrinas más básicas de la fe cristiana – la doctrina de la regeneración, de nacer de nuevo.

Un hombre puede ser ignorante de muchas cosas en la Biblia y aun así ser salvado pero J.C. Ryle dice, “Ser ignorante de los asuntos tratados en este capítulo, es estar en el camino ancho que lleva a perdición.”1 No nos volvemos cristianos como resultado de un conocimiento de la Biblia o por entender la teología sino que Jesús dice que si hemos de ser cristianos nos es necesario nacer de nuevo. No existe el “cristiano no nacido de nuevo.” No podemos ser cristianos sin este nuevo nacimiento. Cuando Jesús dijo, necesario, quiso decir que no había alternativa. Es por esta razón que este capítulo es tan importante.

Básicamente, el capítulo nos habla de un hombre a solas con Jesús. He aquí un individuo en la presencia del Salvador. El próximo capítulo habla de una mujer que tuvo una experiencia similar. El hombre y la mujer eran intelectual, moral y socialmente polos opuestos, pero lo que tenían en común, es decir un encuentro con Jesús, era de mucha mayor importancia y de consecuencias duraderas que cualquier otra cosa sobre ellos. Todo el propósito del Evangelio es traer a los hombres y mujeres a Jesús. Todos necesitamos un encuentro personal con el Salvador, y el mensaje del Evangelio es que es tan posible para nosotros como lo fue para Nicodemo.

El Fariseo

El primer versículo nos da los detalles formales de este hombre. Nicodemo era un Fariseo, un miembro del consejo de gobierno judío. Él era un líder y maestro religioso. Esto queda claro en el versículo diez. Él es un hombre de prominencia en la comunidad. Los Fariseos eran un grupo religioso muy estricto que amargamente se opusieron a Jesús. En casi todas las referencias de ellos en el Nuevo Testamento los encuentras contradiciendo a Jesús. Fue este grupo el que, junto a los sacerdotes, tomaron una parte prominente en la planeación de Su muerte. Eran muy religiosos pero Jesús los llamó hipócritas. Dijo que ellos eran sepulcros blanqueados (un ataúd de piedra): todo bonito y limpio por afuera pero por dentro llenos de huesos de hombres muertos.

Los Fariseos eran en gran medida un grupo que creía en la salvación por obras. Ellos no podían entender el mensaje de la gracia de Cristo, del regalo inmerecido de Dios, porque ellos habían reducido la gloriosa religión dada por Dios a los judíos a un conjunto de leyes hechas por el hombre, mucha de las cuales eran bastante ridículas. El comentarista de la Biblia, William Hendriksen, nos dice que esto era especialmente cierto con respecto a sus leyes del Sabbat. Por ejemplo, a una mujer no se le permitía verse en el espejo en el Sabbat porque ella podía ver una cana y ser tentada a sacársela, lo cual habría sido considerado como trabajo, y un huevo puesto en el Sabbat se podía comer solo si matabas a la gallina.

Nicodemo pertenecía a este grupo religioso. Así que, ¿qué estaba haciendo él viniendo a Jesús? ¿Estaba él comenzando a ver el vacío de su religión? Es claro en el v. 2 que él había escuchado y visto algo del ministerio de Jesús. ¿Estaba él comenzando a ver lo patético que era la religión creada por el hombre, es decir, aquella de los Fariseos, comparada con la enseñanza de este hombre?

El hombre es una criatura ingeniosa y extraña que ha creado muchas cosas maravillosas en este mundo, pero también ha creado muchas cosas perversas. De todas las creaciones del hombre ninguna es tan vil y malvada como la religión creada por él mismo. Ya sea que se trate del Fariseísmo, Hinduismo, Islam o las muchas distorsiones del Cristianismo, el resultado de una religión creada por el hombre es siempre reducir a Dios a nuestro tamaño, para hacer a Dios manejable. Y es siempre una religión con una salvación por obras. Consecuentemente, aleja a los hombres de Dios. Deja a los hombres y a las mujeres sin Salvador y sin respuesta a su pecado y culpa.

El sinsentido del Fariseísmo es sencillo de ver, pero, ¿vemos cómo es igualmente de ridículo gran parte del Cristianismo que ha sido distorsionado por el hombre? Por ejemplo, ¿el rociar con agua la cabeza de un bebé lo hace realmente cristiano? ¿El ir a la iglesia de vez en cuando, o incluso cada semana hace justo a un pecador para con Dios? ¿No es eso tan ridículo como la cana y el huevo de los Fariseos? ¿No es eso reducir la gloriosa fe de Jesús a un formalismo vacío? ¿Es esto todo lo que entendemos por Cristianismo bíblico? ¿Es meramente suficiente llamarnos Presbiterianos, Metodistas, o Bautistas, Católicos o Anglicanos, o aun Evangélicos? ¿Es eso todo lo que Dios requiere de nosotros? ¿O estás comenzando a ver lo vacío de toda religión hecha por el hombre? ¿Estás cuestionando tu supuesta fe y preguntándote “¿es esto todo lo que hay?” ¿Estás comenzando a añorar una verdadera experiencia de Dios, algo más que lo que la religión te está dando? ¿Qué hace tu religión por ti en el estrés del trabajo en la semana? ¿Cómo lidia tu religión con el sufrimiento y la muerte? ¿Tiene alguna respuesta que realmente te satisfaga y te deje con paz y esperanza?

 

Sin Esperanza

La religión hecha por el hombre siempre dejará a una persona donde dejó a Nicodemo. De acuerdo a Jesús en el versículo 3, dejó a Nicodemo sin esperanza de ver el cielo y por lo tanto, camino al infierno. Si seguía como estaba, bueno, respetable, religioso, moral, nunca vería el cielo. ¡Piensa en esto: era un hombre cuya vida estaba sumergida en religión! ¿Por qué dijo Jesús esto? Porque la religión hecha por el hombre no tiene respuesta para el mayor problema del hombre, el pecado. El mayor problema del hombre es que a causa de su pecado él es inaceptable para el Dios Santo. Y Jesús dice en este capítulo que perecemos como consecuencia de nuestro pecado (v. 16) y que ya estamos bajo la justa condenación de Dios (v. 18). La religión hecha por el hombre siempre nos dejará en este mundo sin Dios y sin esperanza (Efesios 2:12).

Confusión

También nos dejará en un estado de total confusión y desconcierto en cuanto a las verdades espirituales. Cuando Jesús habla a Nicodemo sobre la necesitad más básica y fundamental del hombre en su relación con Dios, la necesidad de un nuevo nacimiento, la necesidad de nacer de nuevo, Nicodemo está totalmente confundido (v. 4). No puede entender los conceptos espirituales y los interpreta de una manera literal que los hace ver absurdos. Este es un maestro religioso y Jesús ha explotado una bomba teológica en su mente – “debes nacer de nuevo.” Esta bomba destroza a Nicodemo y tambalea en total confusión e incomprensión (v. 4).

Sigue siendo igual cuando las personas religiosas son confrontadas con las doctrinas bíblicas básicas de cómo convertirse en cristiano. Cuando una persona a la que se le ha enseñado toda su vida que el Cristianismo es cuestión de hacer lo mejor posible, cuidar de los pobres y hambrientos, e ir a la iglesia de vez en cuando, escuchar el verdadero Evangelio es tan revolucionario, tan nuevo, tan extraño que explota en su mente causando un cruce entre desconcierto y pánico. Todo tipo de preguntas contradictorias inundan su mente, tan irrelevantes y absurdas como la de Nicodemo, “¿Puede él acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Lo que Nicodemo está haciendo no es pensar sino reaccionar de tal forma que trata de cerrarse a la verdad del Evangelio. Muchos aun hacen lo mismo. A ellos Jesús les dice, como le dijo a Nicodemo, ¡PIENSA! El Cristianismo nunca evita la mente de un hombre. Exige que pensemos, que apliquemos nuestras mentes así como nuestros corazones a la verdad de Dios. Aquí Él pasa a explicar exactamente lo que significa nacer de nuevo y por qué es tan esencial.

Vacío

He aquí un hombre con mucho de la religión formal pero sin ninguna experiencia real de Dios. Así que, ¿Qué lo trae a Jesús? Tal vez fue la conciencia del vacío de su vida. Su religión no estaba llenando este vacío. No podía. Así como ni la bebida o las drogas o una ronda frenética de actividades sociales pueden llenar y satisfacer. La vida vacía está vacía porque carece de Dios. Nicodemo tenía la suya llena de religión y probablemente tenía muchos amigos, suficiente dinero y muchas cosas que hacer y lugares a donde ir pero aun así, su vida estaba vacía. Luego, en su vacío entra en contacto con Jesús. No el contacto personal que vemos en este capítulo sino el primer contacto al cual se alude en el versículo 2, y que apunta al 2:23-25.2 Primero escucha a Jesús, y luego lo observa, y está impresionado. Nicodemo va muy feliz por la vida con su religión. No conoce nada mejor. Lo que tiene es claramente superior a la religión que ve en los extranjeros pero en realidad está viviendo en los confines de su religión hecha por el hombre. Pero luego escucha de Jesús. No puede entender todo sobre Jesús pero dos cosas sobresalen y las menciona en el versículo 2. La enseñanza y el poder de Jesús son tan extraordinarios que solo hay una posible explicación – Dios está con Él. Así que él tiene una muy alta estimación de Jesús.

¿Qué piensas de Jesús?

¿Lo consideras un gran hombre, un hombre excepcional?

¿Tienes una visión noble y elevada de Jesús?

Jesús le preguntó una vez a Sus apóstoles en Mateo 16, ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Eso es preguntar – ¿Cuál es en este momento la opinión más popular sobre Mí? La respuesta es un tanto alentadora. Algunas personas dijeron que Jesús era Juan el Bautista quien regresó de entre los muertos. Otros dijeron que era Elías o Jeremías. Todos estos fueron hombres grandes y excepcionales pero claro, estas opiniones eran incorrectas y todas penosamente inadecuadas. Es posible tener una muy alta estimación de Jesús y aun así estar equivocado. ¿Quién es Jesús? Él es Dios. Es Emmanuel, Dios con nosotros. Entonces Su enseñanza es la Palabra del Dios vivo, y cuando Jesús dice que te es NECESARIO nacer de nuevo, es porque es un requisito divino. ¿Has nacido de nuevo?

Nuestra respuesta a la enseñanza de Jesús siempre estará condicionada a si creemos o no que Jesús es el Hijo de Dios. Esto es muy claro en Juan capítulo seis. Ahí habían personas con una muy alta opinión de Jesús y estaban preparadas a tomar sus armas y hacerlo rey (vv. 14, 15). Sin embargo, cuando Él comienza a enseñarles la doctrina básica cristiana, la reacción de ellos en el v. 60 es “dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?”, y dejan a Jesús y ya no le siguen (v. 66). La razón de esto es que aunque estaban muy impresionados con Jesús, lo vieron nada más como un hombre (ver v. 42). Compara esta estimación con la de un creyente verdadero en el v. 69 “nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”

Si crees esto, entonces debes tomar en serio cuando dice que para ser cristianos debemos nacer de nuevo.

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