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Las entrevistadas de las colectivas suelen realizar los acompañamientos del aborto de manera virtual, pero ofrecen la posibilidad de acompañamientos presenciales en casos específicos.
“Estamos abiertas a hacer el acompañamiento presencial también, sin embargo, no de primera mano porque no somos muchas y hay un montón de mujeres con necesidad de abortar y presencialmente no nos vamos a dar abasto… Si se ve que la compañera lo necesita, si veo que está muy nerviosa o no tiene a nadie que la acompañe, o si ella nos pregunta si podemos acompañarla presencialmente, entonces sí lo hemos hecho y sí lo hacemos” (Clarisa – BC).
Todas las entrevistadas autónomas mencionaron recomendar alguna prueba (ultrasonido, prueba de embarazo) para confirmar el éxito del procedimiento, aunque concluyen el acompañamiento cuando las mujeres decidan, no hay un momento fijo para terminar el proceso. Para las ONG’s la realización de una prueba de confirmación es un requisito y terminan el seguimiento con ello. En contraste, las colectivas se guían por lo que la mujer reporta (generalmente haber expulsado el saco gestacional), solamente en caso de duda recomiendan el ultrasonido, y concluyen el acompañamiento cuando las mujeres lo decidan.
Consecuencias personales para las acompañantes
Las siguientes subcategorías demuestran cuál es el impacto personal del ser acompañante para las mujeres entrevistadas. Ellas corren el riesgo de ser criminalizadas, han sido blanco de violencia, amenazas, críticas y discriminación, y existe un impacto emocional por ser acompañante.
• Criminalización
La mayoría de las entrevistadas están conscientes de que existe un riesgo de criminalización; sin embargo, las acompañantes autónomas en la CDMX son las que menos riesgo legal perciben.
“Como está despenalizado hasta doce semanas de gestación, entraríamos dentro del marco legal” (Andrea - CDMX).
En contraste, varias de las colectivas y ONG’s mencionaron que, aunque el acompañamiento en sí no es ilegal, tampoco está regulado. Especialmente las acompañantes de Baja California refirieron percibir mayor riesgo por vivir en un estado que activamente criminaliza a las mujeres por abortar y las personas que las apoyan.
“Aquí en Baja [California] es uno de los estados que más criminaliza a las mujeres por abortar y en cuanto al marco legal, hay una penalización de cinco años de cárcel para la mujer que aborta, pero también para la persona que le ayude a abortar” (Caro – BC).
En Chiapas, las acompañantes percibieron menos riesgo legal, una de ellas comentó que es por la coyuntura política actual que es más liberal al respecto.
• Estigmatización y violencia
Todas las acompañantes, indistintamente, han vivido experiencias de violencia; amenazas y discriminación, tanto en redes sociales como en persona, inclusive ha habido ataques físicos. Sin embargo, llama la atención que muchas de ellas minimizaron este impacto ya que al preguntarles si habían sufrido alguna amenaza, la mayoría contestó que no, aunque en otros momentos de la entrevista describieron experiencias muy violentas.
“Me invitaron a un panel [donde] fui a dar la perspectiva histórica del aborto en Chiapas, y en el púbico había una señora con un cartel del Provida y un rosario que estaba rezando. [Después del evento] estaba esperando el transporte y escuché: ‘¡asesina!’. Volteé, y era esa mujer que estaba corriendo hacia mí con su cartel con un feto como de tres años [exageración sarcástica] despedazado, y corría hacia mí, yo me paralicé, empecé a caminar hacia atrás a replegarme y la mujer me interpelaba y me decía: ‘eres una asesina’, y sentía que me iba a golpear y entonces pasó justo el transporte y me subí súper asustada y temblando porque pensé: ‘me identificó, vio quién soy, me presentaron’… sí estaba muy asustada” (Ofelia – CH).
“He recibido amenazas de muerte sobre todo en las redes sociales, de manera personal solo cuando hay alguna manifestación pública, pero sí recibimos ataques con sangre [en las paredes] en nuestro espacio político” (Cloe – CH).
Los ataques vinieron en su gran mayoría de grupos e individuos anti-derechos, sin embargo, también refirieron a casos específicos en donde las parejas de las mujeres acompañadas las amenazaron.
“En una ocasión un chico que supo que yo había acompañado a su novia, me escribió que eso estaba súper mal, que hasta me podían meter a la cárcel” (Aurora – CDMX).
Las entrevistadas también tuvieron conflictos con sus propias familias.
“Cuando le dije a mi mamá que yo ayudaba a otras mujeres a abortar se enojó muchísimo, me dijo que estaba loca, que era una irresponsable… me acuerdo que sentí mucho dolor, dejó de hablarme tres semanas y fue muy doloroso, puede dejarte de hablar cualquier persona, pero tu mamá te deja de hablar y sí es horrible” (Ofelia – CH).
La experiencia de las acompañantes en la Ciudad de México era que la violencia es muy abierta.
“En la Ciudad de México, los grupos de hombres que agreden a las mujeres activistas son grandes y son muy agresivos, nos persiguen en eventos públicos, nos han golpeado, nos amenazan constantemente con que nos van a echar ácido, nos van a quemar, nos van a matar; por eso nos asusta y generamos protocolos de seguridad, porque incluso, va en aumento. Por ejemplo, en la página que tenemos, nos llegan muchas amenazas, cotidianas, comentarios muy agresivos, principalmente de perfiles de hombres, tenemos que sufrir eso” (Clementina – CDMX).
• Impacto emocional
Varias acompañantes comentaron sobre el impacto emocional de ser acompañante. Todas son voluntarias y realizan los acompañamientos a la par de sus trabajos y estudios, sin remuneración, y como se pudo leer en las narrativas previas, bajo circunstancias difíciles. ¿Entonces qué sienten? Especialmente las entrevistadas que realizan muchos acompañamientos, y además a las mujeres más vulnerables, refirieron sentir un desgaste emocional importante.
“El acompañamiento es un trabajo súper intenso en todo sentido, porque tienes que estar con tu mente activa porque toda la información que te da la mujer es central. Dos, porque las mujeres no solo te hablan de que están embarazadas, te cuentan de todo. O sea, en la experiencia de aborto, hay un montón de cosas que se cruzan, que iniciaron antes del aborto y que seguro seguirán después, me han tocado mujeres que me hablan que el embarazo es producto de una violación, me han tocado mujeres que hablan de que están abortando y el papá se acaba de morir, que están abortando y decidieron separarse de la pareja o novio… Implica un trabajo emocional de contención para ellas, no todas, hay quienes a veces no tiene lío y solo les haces saber cuál es el protocolo… pero toda esa información y esa carga, esa vibra que recibes emocional, también hay que ponerla en algún lado, si no se vuelve una bombita que en cualquier momento te brota” (Ana – CDMX).
Factores que influyen en la seguridad para las acompañantes
Como se pudo ver, las entrevistadas corren el riesgo de sufrir consecuencias legales, sociales y emocionales debido a ser acompañantes, lo cual afecta su seguridad y bienestar. En esta última categoría describimos varios aspectos de los acompañamientos y del ser acompañante que afectan o influyen en la sensación de sentirse seguras, y cuáles medidas toman para protegerse y para sortear posibles consecuencias del riesgo legal y social.
• Pública o privada
Las acompañantes autónomas contaron que las mujeres se enteran de que pueden ser acompañadas por ellas por información que se difunde de boca a boca y el contacto es por teléfono o por medio de redes sociales personales.
“Empiezas y no puedes parar porque las mujeres te empiezan a referir un montón de personas. Yo acompaño a mujeres de la Ciudad de México, pero también de otros estados y me buscan por WhatsApp porque alguna mujer a la que acompañé, que ellas conocen, la refirió conmigo” (Ana – CDMX).
La mayoría de ellas acompañan de manera privada y anónima, ya que consideran que realizarlo de manera pública es riesgoso, especialmente para las mujeres acompañadas. Sin embargo, una de ellas sí se consideró acompañante pública, porque era su convicción, porque considera que es importante hablarlo para desestigmatizar el tema, y porque está en una posición que le permite hacerlo:
“Para mí es muy importante hacerlo público, primero porque es una convicción; segundo, porque me parece que entre más hablemos del aborto y entre más hablemos del trabajo que hacemos como acompañantes y entre más hablemos de las experiencias de las mujeres, contribuimos a desestigmatizar el aborto. Sin embargo, reconozco que no todas las mujeres tenemos las mismas condiciones para hacerlo público, es decir, yo puedo hacerlo y no pasa nada porque soy una treintañera, soy independiente económicamente, porque vivo en una ciudad en donde es legal, aunque haya todavía mucho estigma, el nivel de violencia que pueda enfrentar por ello es menor” (Ana – CDMX).
Las entrevistadas de ONG’s difunden en redes sociales y con uso de materiales de la propia organización que realizan acompañamientos; sin embargo, no anuncian abiertamente de qué se trata, sino hablan de derechos sexuales y reproductivos y públicamente solo ofrecen acompañamientos no especificados o para que las mujeres pueden acceder a abortos legales en la Ciudad de México. Los medios de contacto son teléfonos, correos o redes sociales institucionales. No obstante, una activista sí decidió ser acompañante de manera pública.
“El discurso oficial es: ‘Nosotras brindamos información, nosotras acompañamos’ pero no hay más información: ¿acompañamiento en qué sentido? ¿A la clínica? ¿Con los medicamentos? Solamente hay un número de teléfono. Yo siempre lo digo y hablo abiertamente de que yo acompaño mujeres en el proceso de aborto, como particular, no como integrante de la [organización]” (Ofelia – CH).
Las colectivas difunden amplia y públicamente la posibilidad de un acompañamiento del aborto con medicamentos en diversas redes sociales, además utilizan material desarrollado por ellas mismas (videos, calcomanías, folletos, entre otros). Otra vía es de boca a boca entre conocidas y mujeres previamente acompañadas. El contacto es por medio de teléfonos, correos o cuentas de redes sociales colectivas. Las colectivas acompañan de manera pública como estrategia de seguridad, ya que consideran que la visibilidad brinda protección.
“Las Libres dicen: ‘Nuestra única protección, es ser públicas’, y eso nos quedó bien grabado y nos ha funcionado muy bien, somos muy abiertas en nuestra página y en la radio o en las entrevistas y creo que eso ayuda a presentar el tema de una manera fresca, positiva, abierta” (Clarisa – BC).
También mencionaron que es importante hablar abiertamente sobre el tema del aborto para visibilizar y por lo tanto desestigmatizarlo, aparte de que la difusión de información mejora el acceso, como se puede ver en la siguiente narrativa.
“Una compañera hizo mapeos de cómo se mueven los temas en las redes sociales, entonces le pedimos que nos hiciera el mapeo de cómo se veía el aborto en Chiapas y nos encontramos que había mucha información, pero no con la palabra aborto sino de 'derecho a decidir', 'derechos sexuales y reproductivos', y entonces, nosotras no íbamos a hablar de derechos, íbamos a hablar del tema de aborto. Nos gustó mucho, porque hicimos un comparativo con dos [organizaciones], nos decían el número de solicitudes de información que recibían y cuando nosotras empezamos a hablar de aborto recibíamos hasta tres veces más” (Cloe – CH).
• Discurso
Tanto las entrevistadas de colectivas como de ONG’s manejaron una posición política discursiva muy clara para protegerse legalmente. Mencionaron el derecho a dar y recibir información, y sentirse respaldadas por el artículo 4º de la Constitución Mexicana que protege el derecho de cada persona a elegir si desea o no procrear.
“De lo que nosotros hablamos está de acuerdo con un montón de protocolos, de la OMS, la propia Constitución Política y siempre usamos la palabra de información cuando hablamos con las chicas. La información que nosotras proporcionamos es de libre acceso, debido a que hay un montón de información en Internet, compartimos folletos de estas instituciones, o nuestras propias infografías” (Carla – BC).
Sin embargo, la única entrevistada autónoma que refirió utilizar esta estrategia mencionó que no es tan utilizada o conocida entre otras acompañantes autónomas porque la mayoría no ha asistido a capacitaciones sobre protocolos de seguridad.
“Si les preguntas a las acompañantes de [una organización] es muy probable que lo tengan claro porque ellas reciben una capacitación, no solamente del aspecto médico sino también de cómo [protegerse], hasta que discurso tienen que utilizar. Por ejemplo, que todo se puede manejar en el marco de acceso a la información. Hay palabras que tienen clarísimo que no pueden decir para que no las acusen de apología del delito, pero no todas las mujeres tienen esa información, yo misma de repente creo que soy irresponsable, no utilizo todas las medidas de seguridad necesarias, pero vamos, yo soy cuidadosa. Sí hay cosas que procuro o prefiero decir, como esto de que la información ya existe, digo ‘la evidencia demuestra que’, pero creo que es un área que se puede fortalecer [entre acompañantes]” (Ana – CDMX).
• Medidas prácticas
Para las entrevistadas autónomas sus estrategias de protección son a un nivel individual y práctico.
“Todo lo manejo desde un celular que no está vinculado a ninguna cuenta de Facebook u otra red social, trato que los acompañamientos no sean en mi casa, trato de no darles mucha información sobre mí” (Andrea – CDMX).
La activista de una ONG que refirió acompañar de manera pública e independiente de la organización a la que pertenece también mencionó que siempre se asegura de quién es la persona que la contacta.
“Acompaño desde primera persona, no tengo una línea segura, si alguien me dice: ‘oye estoy embarazada y me dijeron que tú puedes ayudarme a abortar’, yo soy de: ‘quién te dijo, y de dónde la conoces’, porque es un riesgo” (Ofelia – CH).
• Redes de aliadas
Varias entrevistadas refirieron a las redes de apoyo, de organizaciones, colectivas, médicas, psicólogas y abogadas aliadas, como factor importante que brinda seguridad a las acompañantes, pero también a las mujeres acompañadas.
Las acompañantes autónomas no contaron con redes establecidas, pero sí tuvieron conocimiento de personal de salud a quien pueden recurrir en caso de alguna situación imprevista. Además, mencionaron la existencia de grupos de amigas con quienes pueden compartir sus experiencias.
“Tengo una red amplia de mujeres que me acompañan y sé que es un espacio en donde me van a acuerpar, donde entienden lo que les estoy diciendo… Hay quien en la parte médica me pueda acompañar, también ayuda a bajar la ansiedad” (Ana – CDMX).
En contraste, todas las colectivas y ONG’s a las cuales pertenecen las acompañantes entrevistadas contaron con amplias redes por si lo llegan a necesitar, tanto a nivel nacional como internacional.
“La red de apoyo de [la organización] es muy sólida, de mucho tiempo y saber que tú también como acompañante no vas sola, estás con un grupo de personas que están en el tema, que están actualizadas, que hay recursos médicos, eso lo hace para una acompañante algo más seguro, es una experiencia más cuidada, igual emocionalmente, que puedes apoyarte de tus compañeras y tener esa contención” (Olivia – CDMX).
• Autocuidado
Con autocuidado nos referimos a estrategias que promueven el bienestar emocional y físico de las acompañantes. Aunque todas las acompañantes manejan alguna que otra estrategia, casi todas mencionaron que es un tema que les hace falta trabajar y que amerita más atención.
“Dos compañeras se saturaron entre el trabajo y el tema emocional porque obviamente cuando haces los acompañamientos te cargas de mucha información. Cuando recibimos los ataques contra el espacio, decidimos cerrar al público, pero seguimos acompañando igual; estamos muy cansadas, muy muy cansadas. Creo que tenemos que estar más al pendiente del autocuidado, porque siempre nos colocamos en el segundo plano y nos convertimos en lo que el patriarcado te dice que somos las mujeres ‘las cuidadoras, las que tienen que proteger y hacer todo’ y no es así, pero nos olvidamos que también nosotras nos tenemos que colocar al principio y muchas veces estamos al llegar al final del mes a veces sin juntar para la renta, porque dejamos de hacer trabajo para hacer activismo, y el activismos no es pagado” (Cloe – CH).
Las autónomas cuentan con pocas fuentes de apoyo y para ellas el autocuidado consiste en acciones individuales. En contraste, para las colectivas y las ONG’s las estrategias de autocuidado incluyen buscar apoyo profesional con psicólogas aliadas, el apoyo entre sí en las colectivas y organizaciones donde se encuentran. Además, manejan protocolos de autocuidado basados en las experiencias de otras acompañantes.
Algunas entrevistadas mencionaron que fue todo un proceso poder llegar a reconocer la importancia del autocuidado, y que han tenido que aprender a poner límites.
“Reconocer que yo no soy una superwoman y que yo facilito información, que acompaño en un proceso, pero quien decide es la mujer. En la medida que yo tome esta distancia me va a permitir a acompañar más. Yo no les vengo a resolver o a mandar, yo vengo a acompañar y a facilitar, eso creo que me ha ayudado muchísimo” (Ana – CDMX).
Discusión
Los modelos de acompañamiento descritos para esta investigación pueden ser considerados seguros porque cumplen con las recomendaciones de la OMS para el aborto seguro con medicamentos (Veldhuis et al., 2020). En este capítulo describimos las distintas prácticas de acompañamiento, de acuerdo a los tres tipos de acompañantes (autónomas, de ONG’s, de colectivas feministas). Encontramos diferencias en los tipos de acompañantes; las acompañantes autónomas se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad legal, social y emocional, en comparación con las acompañantes de ONG’s y colectivas feministas. A la vez, los acompañamientos de las “autónomas” son los más seguros en un sentido holístico para las mujeres acompañadas. Además, llegamos a una descripción de una “buena acompañante”, como alguien que cuida tanto la seguridad integral de las mujeres acompañadas como su propio bienestar, y sin distinción del tipo de acompañantes, detallamos los riesgos y consecuencias personales para ellas debido a los contextos inseguros donde se encuentran las entrevistadas, inclusive en el contexto legal de la Ciudad de México.
Encontramos que especialmente las acompañantes autónomas en esta investigación corren un riesgo personal mayor, comparado con acompañantes en colectivas y ONG’s, ya que ellas, aunque están debidamente capacitadas en los protocolos médicos, realizan acompañamientos mayoritariamente presenciales, cuentan con menos redes de apoyo y protocolos o estrategias en temas de seguridad y de autocuidado. Son las únicas que no refieren al derecho a dar información como respaldo de su activismo, posiblemente porque no han participado en las mismas capacitaciones como las demás entrevistadas y la mayoría de ellas son autodidactas. Por lo tanto, corren un riesgo social, legal e inclusive físico, al momento de ser identificadas como acompañantes del aborto, por ejemplo, por la pareja o algún familiar de una mujer acompañada que está en desacuerdo con su decisión.
Paradójicamente, los acompañamientos que ofrecen son los más holísticos observados en esta investigación, lo que se puede apreciar en su acompañamiento altamente personalizado y presencial. En este sentido, se podría concluir que los abortos con las acompañantes autónomas entrevistadas en esta investigación son los más seguros en un sentido integral para las mujeres acompañadas, y a la vez los menos seguros para las acompañantes.
En la otra cara de la moneda están las acompañantes de las ONG’s, quienes están enfocadas en dar información a distancia, aunque el ‘estilo’ del acompañamiento depende de cada una. De acuerdo con la descripción de sus recomendaciones para el procedimiento pueden ser consideradas como más institucionalizadas, lo cual se refleja, por ejemplo, en el requisito de ciertos estudios de gabinete a lo largo del proceso como dictan los protocolos de las ONG’s, a pesar de que la última evidencia ha demostrado que no son indispensables (Raymond, 2020). Sin embargo, existe una variabilidad en la interpretación y aplicación de los protocolos institucionales entre las acompañantes entrevistadas. La diferencia con las acompañantes autónomas es que el pertenecer a una organización, con la capacitación, redes y protocolización (tanto de temas médicos, como de seguridad y de autocuidado) implica una mayor seguridad para las acompañantes, pero a la vez limita la flexibilidad de sus acompañamientos.
En esta contrastación, se pueden considerar a las acompañantes en colectivas feministas como punto intermedio. Son capacitadas por las mismas organizaciones a las cuales pertenecen las otras acompañantes, pero interpretan, desarrollan y aplican los protocolos adaptándolos según sus posicionamientos políticos, sus experiencias y las experiencias de otras colectivas. Tienen muy claros los riesgos que corren y saben cómo protegerse. Además, son flexibles en sus acompañamientos, ya que ofrecen una seguridad holística que se adapta a las necesidades de las mujeres, y a la vez cuentan con seguridad para ellas mismas, tienen una visión más cercana a género y salud, donde los elementos que integran el bienestar de las mujeres son importantes en sí mismos y no solo dependen de la política de salud o medicina en boga.
En este capítulo definimos una buena acompañante como alguien que se capacita de manera continua, intercambia experiencias, conoce todos los aspectos del procedimiento del aborto, pero también incluye el acompañamiento emocional, práctico, y la prevención de la criminalización y estigmatización. Además de que las acompañantes deben de cuidar su propia seguridad, lo cual incluye el autocuidado, el reconocimiento de sus límites y el contar con redes de apoyo. Consideramos que estos aspectos adicionales son de capital importancia para asegurar el bienestar de las mujeres acompañadas y de las acompañantes, ya que los acompañamientos son realizados en contextos de alta estigmatización y criminalización, como es el caso en México y que no necesariamente este tipo de autocuidado es asumido por todas las acompañantes entrevistadas.
Además, existe una preocupación por la calidad de los acompañamientos de mujeres que se autodenominan ‘acompañantes’ pero no cumplen con las características de una “buena acompañante”, en contraste con las participantes de este estudio. Por lo tanto, es importante que mujeres que desean ser acompañantes de abortos seguros sepan cómo, dónde y con quién capacitarse, y que las organizaciones de la sociedad civil involucradas tomen o sigan tomando su responsabilidad para ofrecer capacitaciones, ya que cuentan con los recursos necesarios para ello.
Las entrevistadas realizan los acompañamientos a menudo bajo condiciones peligrosas y estresantes, debido a la criminalización legal y estigmatización social del aborto, como también lo menciona Ipas en su último reporte sobre proveedores y acompañantes de abortos (Ipas CAM/safe2choose). Es impactante que todas las entrevistadas han sido víctimas de algún tipo de violencia relacionada a sus actividades como acompañante o activista proaborto, además de que son voluntarias que no reciban ninguna remuneración y realizan los acompañamientos a la par de sus trabajos o estudios. Llama la atención que la mayoría de las entrevistadas menciona que el tema del autocuidado amerita mayor atención, como dice Marcela Lagarde; el descuido propio para poder cuidar a los demás históricamente ha sido parte del papel de las mujeres cuidadoras, y es algo que queda por transformar (Lagarde 2003).
El acompañamiento de abortos, aunque no precisamente clandestino, no está regulado, tampoco en contextos legales como el de la Ciudad de México. Por lo tanto, existe un riesgo de que cualquiera de las acompañantes sea criminalizada, como ya ha ocurrido en otros países (Berer, 2020; Casas & Vivaldi, 2014; Drovetta, 2015). La mayoría de las entrevistadas se saben protegidas por el marco legal tanto nacional como internacional que define el derecho a la proporción y recepción de información (Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos / Ultima Reforma 8 de mayo de 2020, 2020; Erdman, 2012), y son cuidadosas en sus prácticas. Esta estrategia ha sido descrita también en relación con otras colectivas y líneas telefónicas de aborto seguro (Drovetta, 2015; Gerdts et al., 2018; Moseson, Bullard, et al., 2020; Moseson, Jayaweera, et al., 2020; Zurbriggen et al., 2018). Sin embargo, el riesgo de criminalización no está plenamente asumido por todas las acompañantes entrevistadas (especialmente las autónomas) en la Ciudad de México, ya que se sienten protegidas por la legalidad del aborto en la capital. Pero creemos que sí deberán estar alertas con las mismas medidas de seguridad como en las regiones restrictivas para prevenir persecuciones. Por lo tanto, consideramos urgente la despenalización del aborto incluyendo la autogestión en todo el país, para mejorar el acceso a abortos seguros, pero también para que las acompañantes puedan realizar su trabajo en condiciones dignas y sin riesgos.
Conclusiones
En este capítulo describimos cómo las participantes se convirtieron en lo que ellas consideran que es una buena acompañante, cómo es el protocolo que utilizan para los acompañamientos para promover la seguridad integral de las mujeres que interrumpen sus embarazos, cuáles son las consecuencias personales para las acompañantes y y cuáles son los factores que influyen en la seguridad de ellas mismas. También mencionamos que los abortos acompañados por las entrevistadas en esta investigación son seguros porque cumplen con las recomendaciones de la OMS para el aborto seguro con medicamentos (Veldhuis et al., 2020). Sin embargo, sí encontramos diferencias entre los tres tipos de acompañantes, que afectan de forma inversa la seguridad holística para las mujeres acompañadas y el riesgo de sufrir consecuencias personales para las acompañantes mismas. Es indispensable para la seguridad de todas en el proceso de un aborto que desaparezca el estigma social y las restricciones legales que son adversas para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
No obstante, los resultados de este trabajo nos dejan en claro que las mujeres de nueva cuenta son capaces de acompañarse y apoyarse (tal como lo refiere Federici, 2004, Sánchez Ramírez, 2010 entre otras) en procesos relacionados con su salud sexual y reproductiva, más allá de lo que diga la ley, el Estado, la familia y las instituciones de salud. Esto abona elementos para enriquecer el acervo de conocimientos desde los estudios de mujeres sobre género y salud en México.
Limitaciones
La limitante principal de esta investigación fue que los resultados están basados en las experiencias de únicamente 14 acompañantes y posiblemente no pueden ser generalizadas a otras acompañantes o regiones. Además, aunque con las acompañantes de colectivas y ONG’s se llegó a cierta saturación teórica con las entrevistas realizadas, no se puede decir lo mismo para las acompañantes autónomas, la cual parece ser una categoría grande con mucha variabilidad y además no ha sido descrita previamente en la literatura publicada sobre el tema. Son importantes más estudios al respecto.
Estudios previos se han enfocado principalmente en la descripción de ciertos modelos específicos de acompañamiento, con énfasis en líneas telefónicas (Drovetta, 2015; Maffeo et al., 2015; Singer, 2019). Nuestros resultados demuestran que existen varios modelos de acompañantes, que incluyen un gran rango de prácticas que puede variar incluso entre acompañantes individuales, ya que son adaptadas a los contextos en donde se encuentran.
Bibliografía
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos / Ultima reforma 8 de mayo de 2020, Cámara De Diputados Del H. Congreso De La Unión. https://doi.org/10.29057/icea.v4i7.201
Casas, L., & Vivaldi, L, 2014, “Abortion in Chile: The practice under a restrictive regime”, en Reproductive Health Matters Vol. 22, núm. 44, pp. 70–81. https://doi.org/10.1016/S0968-8080(14)44811-0
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Díaz Olavarrieta, C., Bonifaz Alfonzo, L., Sanhueza-Smith, P., Fajardo Dolci, G. E., Guevara- Guzmán, R., Aburto-Arciniega, M. B., Phillips, V. J., Arce Cedeño, A., & Villa, A. R, 2020, “Twelve years after abortion decriminalization in Mexico City: Can we still remain an island of liberties?” en Best Practice & Research Clinical Obstetrics & Gynaecology, Vol. 62, pp. 63–78. https://doi.org/10.1016/j.bpobgyn.2019.07.009.
Drovetta, R. I, 2015, “Safe abortion information hotlines: An effective strategy for increasing women’s access to safe abortions in Latin America”, en Reproductive Health Matters, Vol. 23, núm. 45, pp. 47–57. https://doi.org/10.1016/j.rhm.2015.06.004