Pensamiento educativo en la universidad

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Pensamiento educativo en la universidad
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Reservados todos los derechos

© Pontificia Universidad Javeriana

© De la edición académica, Fabiola Cabra Torres

Primera edición: mayo de 2019

Bogotá, D. C.

ISBN: 978-958-781-373-9

Hecho en Colombia

Made in Colombia

Editorial Pontificia Universidad Javeriana

Carrera 7 n.° 37-25, oficina 1301

Edificio Lutaima

Teléfono: 3208320 ext. 4752

www.javeriana.edu.co/editorial

Bogotá, Colombia

CORRECCIÓN DE ESTILO:

Francisco Díaz Granados

DISEÑO EDITORIAL Y DE CUBIERTA:

Boga visual: Julián Roa Triana

www.bogavisual.com

FOTOGRAFÍAS:

© Julián Mejía Villa

CONVERSIÓN EPUB:

Lápiz Blanco S.A.S.

Pontificia Universidad Javeriana | Vigilada Mineducación.

Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964.

Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933

del Ministerio de Gobierno.

Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J. Catalogación en la publicación

Pensamiento educativo en la universidad : vida y testimonio de maestros : volumen II / editora académica Fabiola Cabra Torres ; prólogo Luis David Prieto Martínez ; prefacio Félix Antonio Gómez Hernández. -- Primera edición. – Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2019.

ISBN : 978-958-781-373-9

1. Educación superior – Historia - Colombia 2. Educación - Colombia 3. Profesores universitarios – Relatos personales 4. Aproximación interdisciplinaria en educación I. Cabra Torres, Fabiola, editora académica II. Prieto Martínez, Luis David, prologuista III. Gómez Hernández, Félix Antonio, prefacio IV. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Educación

CDD 378 edición 21

opgp

27/03/2019

Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

CONTENIDO

Presentación

P. Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S. J.

Prólogo

Luis David Prieto Martínez

Prefacio

Félix Antonio Gómez Hernández

Agradecimientos

Introducción

Educación y pedagogía

P. Alfonso Quintana Cárdenas, S. J., in memoriam

Por Fabiola Cabra Torres

Educación en historia

Augusto Montenegro González, in memoriam

Por Germán Rodrigo Mejía Pavony

Educación teológica

P. Rodolfo Eduardo de Roux Guerrero, S. J.

En conversación con Víctor Marciano Martínez Morales

Educación filosófica

Francisco Sierra Gutiérrez

En conversación con Mario Roberto Solarte Rodríguez

Educación y comunicación

Jesús Martín-Barbero

En conversación con Gilberto Eduardo Gutiérrez

Educación en psicología

Graciela Aldana de Conde

En conversación con Gloria Patricia Marciales Vivas

Educación en diseño

Ana Cielo Quiñones Aguilar

En conversación con Olga Lucía Ceballos Ramos

Educación en arquitectura

Alfonso Solano de Francisco

En conversación con Mercedes Claudia Miglianelli Matta

Educación en estudios rurales

Flor Edilma Osorio Pérez

En conversación con Juliana Flórez Flórez

Educación en ingeniería

José Ignacio Acevedo Gordo

En conversación con Jairo Alberto Hurtado Londoño

Colaboradores

PRESENTACIÓN

Ser maestro es una profesión en la que se da un ejercicio constante de reciprocidad y se asume un compromiso con la sociedad para formar los mejores para el mundo. Por eso, develar a un maestro a través de un diálogo genuino –y en el que se asoman sus influencias, gustos y pasiones por la educación– amerita una cuidadosa selección de los espacios y tiempos para llevarlo a cabo.

Este es el segundo volumen de la valiosa iniciativa que, desde 2016, viene realizando nuestra Facultad de Educación, con el propósito de reconocer las prácticas pedagógicas de diferentes maestros que han impactado, con sus enseñanzas, concepciones del mundo, investigaciones y publicaciones, la vida de la comunidad javeriana y la de muchos otros que, sin haber pasado por sus aulas, se han visto enriquecidos con su saber y experiencia.

En esta ocasión, nos detendremos en las trayectorias de diez distinguidos maestros javerianos, dos de ellos ya fallecidos. Con este sincero homenaje, reconocemos que han llevado su legado más allá de esta casa y han permeado con sus ideas escenarios de índole no solo académica, sino también investigativa, social y política.

Los invito a que lean estas páginas para reconocerse en las ideas de estos profesores, para que proyecten la huella que ustedes quieren tener en la vida de la comunidad javeriana y que trabajen constantemente por aportar a la sociedad con un pensamiento innovador y comprometido con el cambio que queremos ver reflejado en el mundo.

P. JORGE HUMBERTO PELÁEZ PIEDRAHITA, S. J.

Rector

Pontificia Universidad Javeriana

PRÓLOGO

En este acto de celebración del Día del Maestro, de profunda significación institucional y personal, quisiera, a través de estas palabras, rendir un sentido homenaje a todos nuestros educadores javerianos. Estamos convencidos de que su labor y compromiso con la realización del Proyecto Educativo y la consecución de los objetivos de la universidad es y ha sido indispensable, en el día tras día, para hacer realidad la visión y la misión educativa de la Universidad Javeriana. El reconocimiento a la maestría y excelencia de nuestros maestros y maestras es una manera de reafirmar los valores que, desde sus orígenes, constituyen la razón de ser de las universidades. Por ello, la celebración del Día del Maestro es una ocasión propicia para resaltar el sentido y la significación especial que tiene el libro: Pensamiento educativo en la universidad: vida y testimonio de maestros, una valiosa iniciativa de nuestra Facultad de Educación que cuenta con su segundo volumen.

Este proyecto, inspirado en el magis ignaciano y en la excelencia del oficio del educador, tiene el propósito de rendir homenaje a maestros javerianos, cuyas prácticas docentes destacadas han contribuido a la construcción de la universidad desde las distintas disciplinas, artes y ciencias. Y, con ocasión de la celebración del Día del Maestro, busca extender este reconocimiento a todos los profesores y profesoras javerianos. En esta obra se podrá apreciar la huella que han dejado en la Universidad Javeriana los diez insignes profesores, dos de ellos ya fallecidos, que han compartido su testimonio de vida y que nos enseñan, con inmensa sabiduría, el significado de ser un maestro por elección de vida, en el más genuino sentido javeriano.

A los maestros, en este homenaje, se les reconoce por sus méritos y sus aportes a la construcción de nuestra casa común, por su excelencia académica y por la formación de generaciones de estudiantes javerianos que han pasado por sus aulas. En ellos, esta obra encuentra su razón de ser y se convierte en fuente de inspiración para todos aquellos que han optado por hacer de la docencia una “profesión de universidad”. Como nos lo explica el padre Gerardo Remolina, S. J.:

Un profesor universitario es aquel maestro (transmisor de vida) que hace profesión de universidad; es decir, que se compromete públicamente a consagrarse a la universidad, a entregarse a ella, a dar testimonio incondicional de su opción por ella. Es aquel cuya misión nace del espíritu, al buscar incansablemente con el corazón, la verdad y la sabiduría y al formar: hacer de cada estudiante una persona completa, encender un fuego desde el interior de cada uno de ellos.1

Con esto quiero decir que nosotros nos debemos a nuestros profesores y, a la vez, como profesores nos debemos a los estudiantes, de quienes esperamos que sean mejores que sus predecesores, siempre en el marco del magis ignaciano. Esta obra, justo hoy en el Día del Maestro, se suma al ejercicio de hacer memoria de quiénes somos y de reconocernos como miembros de la comunidad educativa javeriana. “Una comunidad educativa que se configura por la preocupación de los maestros por el bien formativo de sus estudiantes y por la admiración de los aprendices por la voz de los enseñantes”2. Para terminar mi intervención, quiero compartir tres breves ideas que inspiren nuestra práctica docente: renovación pedagógica, hacer viva la formación integral y educar en la esperanza.

 

RENOVACIÓN PEDAGÓGICA

Nuestro rector, el padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S. J., nos invita a asumir conscientemente que

muchos de nuestros alumnos y profesores son hijos y herederos de la sociedad de consumo. Por eso debemos ser muy creativos en la forma como presentamos la visión antropológica que nos inspira. Más que discursos, busquemos desarrollar experiencias que permitan enlazar el saber y el actuar, el aprendizaje y el servicio, lo académico y lo afectivo, lo instrumental y lo trascendente. Las universidades católicas no podemos quedarnos inmovilizadas en modelos antropológicos del pasado, rígidos, abstractos, expresados en un lenguaje que es incomprensible para las nuevas generaciones de la era digital […]. Debemos renovar el marco antropológico de la educación católica, de manera que pueda dialogar con un mundo intercultural.3

Es claro que los maestros, de todas las épocas, han tenido un compromiso histórico con las nuevas generaciones. Nuestro desafío como maestros es propiciar relaciones entre jóvenes y adultos, que estén impregnadas de un amplio sentido y comprensión de lo humano, es decir, en una actitud de apertura hacia la comprensión de sus necesidades, de sus identidades y diferencias y, sobre todo, de sus modos de aprender el mundo y de transitar el momento histórico que les ha correspondido vivir. Nuestras pedagogías han de abrir horizontes hacia una organización social justa e incluyente, cuyo centro sea el ser humano y nuestra casa común y que, sobre la base de un diálogo cultural, nos conduzca al sentido último y a la forma de hacer viva una formación integral.

HACER VIVA LA FORMACIÓN INTEGRAL

¿Qué significa hacer viva la formación integral? En primer lugar, nuestra opción diferenciadora por la excelencia académica, la fundamentación humanística, la sensibilidad social y una espiritualidad abierta al pluralismo abren una senda clara para la formación humana de nuestros estudiantes, quienes deberán afrontar los retos que imponen las nuevas dinámicas del mundo actual y de los mundos posibles del futuro. En este proceso de formación, la tarea del maestro es precisamente la de potenciar la formación de mejores personas, “enseñar el goce del conocimiento y la manera como el conocimiento puede embellecer la vida”4. En la Pontificia Universidad Javeriana el proyecto educativo guía al conjunto de profesores hacía una pedagogía universitaria inspirada en el magis ignaciano y en el servicio. El magis ignaciano es un ir a más: “Llevar a la conciencia de no acomodarse en lo ya conocido o conseguido, sino buscar vivir con intensidad y dar el máximo de uno mismo”5.

En el servicio, pretendemos que, desde la docencia, se motive a los estudiantes a que sientan la pasión por construir un país más justo con más oportunidades y ello implica la formación en valores que enriquezcan el sentido y compromiso con la vida. Hacer viva la formación integral implica, entonces, que los problemas formativos de los estudiantes se conviertan en tema de reflexión permanente de las comunidades de profesores y sean también objeto de innovación. Hoy, necesitamos que la forma de hacer viva la formación integral ofrezca salida a la profunda crisis ética (y de desesperanza) que a veces parece ahogarnos.

EDUCAR EN LA ESPERANZA

El momento histórico que vivimos requiere de maestros que cultiven la solidaridad, la esperanza y el deseo de aprender, enseñar y transformar el mundo. La confianza que genera la esperanza es anticipación ética de un mundo mejor y es una necesidad existencial6. Cuando la educación genera esperanza, “nos señala un modo distinto de situarnos en el mundo, de escribir la propia historia y de construir nuestra sociedad”7.

Concluyo esta intervención señalando que ¡una universidad es lo que son sus profesores! Es por esto que alcanzar la excelencia, dar vida a una cultura del mejoramiento permanente y contribuir a la transformación integral de la sociedad, desde el mejor servicio posible con los valores universales que proclama el evangelio, depende en gran medida de que nuestros profesores sean personas de las más altas calidades humanas y profesionales. En todo ello está comprometida la Universidad Javeriana, lo mismo que en brindar estímulos y apoyar la docencia de excelencia, reconocerla y exaltarla a través de distintas acciones. Muchas gracias.

LUIS DAVID PRIETO MARTÍNEZ

Vicerrector Académico

Pontificia Universidad Javeriana

Intervención en el Día del Maestro,

15 de mayo de 2018

NOTAS

1 Gerardo Remolina, S. J. (2015). El docente universitario: profesor y maestro. Conferencia XIII Encuentro Nacional de Vicerrectores Académicos de Ascún, Universidad de Santander (UDES), Bucaramanga.

2 Luis David Prieto Martínez (2007). El futuro de la universidad católica en el siglo XXI: una visión desde el Sur. Aula Magna XX, p. 11.

3 Prieto Martínez. El futuro de la universidad católica en el siglo XXI, p. 6.

4 Octavio Henao Álvarez (1998). Título multimedial, “Escuela, cultura, y vida”, Universidad de Antioquia, IV Congreso Red Iberoamericana de Informática Educativa (Ribie), Brasilia. Disponible en http://www.c5.cl/ieinvestiga/actas/ribie98/286M.html

5 Magis Pastoral Ignaciana. Disponible en https://magis.es/que-es-magis

6 Aracely Mondragón González (2005). Ernst Bloch: el peregrino de la esperanza. Estudios Políticos, 4, 43-77.

7 Magis Pastoral Ignaciana. Disponible en https://magis.es/que-es-magis

PREFACIO

Antes de la aparición de la escritura, todo aquello que no se memorizaba se perdía para siempre. El peligro que esta situación suponía para la supervivencia material y cultural de las comunidades llevó a que, con el tiempo, se crearan complejas relaciones entre los saberes que se estimaban dignos de preservarse y las funciones que debían desempeñar aquellas personas que se fueron apropiando, por voluntad propia o ajena, de la tarea de convertirse en reservorios vivos del conocimiento adquirido. No es difícil imaginar lo complejo de la situación. Aún hoy, diversas interpretaciones transmitidas oralmente de hechos acaecidos hace mucho tiempo continúan perpetuando malentendidos y disputas.

La aparición de la escritura, si bien supuso un avance gigantesco con respecto a la creación, preservación y transmisión de los saberes, no estuvo tampoco exenta de dificultades. Valgan como ejemplo las palabras que Platón –en el Fedro– pone en boca de su maestro Sócrates a propósito de la escritura, a la que este último considera un falso sucedáneo de la sabiduría. Ejemplos similares, pero con tintes distintos, se podrían seguir enumerando hasta el presente. De igual forma, los instrumentos y tecnologías que aceleraron y facilitaron la circulación de la palabra escrita, como la imprenta, también tuvieron que padecer situaciones adversas, que parecen ahora olvidadas. Sin embargo, el advenimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación –que hace tan solo unas cuantas décadas parecían si no imposibles, sí improbables– nos ha recordado que no hemos solucionado los problemas referentes a los temas ya mencionados; por el contrario, este advenimiento nos ha traído también nuevos sobresaltos: la facilidad con la que se propagan las falsas noticias y la ingenuidad manifiesta de quienes las creen; la superficialidad de la inmensa mayoría de opiniones que se circulan a través de las redes sociales, que contrasta con la esperanza de quienes las leen aguardando encontrar en ellas algo de valor o, por lo menos, un paliativo a la soledad; el lema de “Úsese y tírese” ahora aplicado a los saberes, etcétera.

Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros es la respuesta que da la Facultad de Educación –en el ámbito formativo de la universidad– al reto de qué saberes preservar, de quiénes y en qué forma. Como todo reto, este exige asumir responsabilidades, sopesar las críticas y avanzar, a pesar de los riesgos. Es un texto construido sobre un adecuado balance entre la palabra oral y la escrita: la primera, surgida del diálogo entre el entrevistador y el entrevistado, y la segunda, del proceso de decantación de ese diálogo para su preservación. Es así como esta obra logra aunar memoria, palabra y certidumbre, al hacer público algo de lo que habita en la intimidad del maestro. Este segundo volumen celebra la labor de los maestros, en especial la de aquellos que, atendiendo el consejo de San Ignacio de “Alcanza la excelencia y compártela”, se han convertido en ejemplo para todos nosotros.

FÉLIX ANTONIO GÓMEZ HERNÁNDEZ

Decano de la Facultad de Educación

Intervención en el Día del Maestro,

15 de mayo de 2018

AGRADECIMIENTOS

La realización de este proyecto contó con el apoyo de muchas personas, a quienes queremos agradecerles su generosidad y entusiasmo para llevar a cabo esta obra que ofrecemos a la comunidad universitaria del país.

Al Comité que asesora el proyecto Vida y pensamiento Educativo de Maestros y Maestras Universitarios: Félix Antonio Gómez Hernández, decano de la Facultad de Educación; Carlos Julio Cuartas Chacón, asesor del secretario general (Rectoría); Esteban Ocampo Flórez, coordinador del programa Cardoner. Sentido Javeriano, Vicerrectoría del Medio Universitario; Jorge Alberto Zárate Durán, secretario de la Facultad de Educación; Martha Patricia Baquero Torres, profesora del Departamento de Formación de nuestra Facultad.

A Germán Mejía Pavony, decano de la Facultad de Ciencias Sociales, por su apoyo en la elaboración de la semblanza de Augusto Montenegro González. A los ocho profesores que nos colaboraron en la realización de las entrevistas y revisión de los guiones. Ellos son: el padre Víctor Marciano Martínez Morales (Facultad de Teología); Mario Roberto Solarte Rodríguez (Facultad de Filosofía); Gilberto Eduardo Gutiérrez (Facultad de Comunicación y Lenguaje); Gloria Patricia Marciales Vivas (Facultad de Psicología); Olga Lucía Ceballos Ramos y Mercedes Claudia Miglianelli Matta (Facultad de Arquitectura y Diseño); Juliana Flórez Flórez (Instituto Pensar) y Jairo Alberto Hurtado Londoño (Facultad de Ingeniería).

Así mismo, agradecemos al profesor Jaime Hernando Sarmiento Lozano, director del Departamento de Formación, por su apoyo y lectura de textos; a Lina María Virviescas Molina, por su labor como asistente en el proceso de transcripción y elaboración de textos, especialmente su trabajo de archivo para la elaboración de la semblanza del padre Alfonso Quintana Cárdenas.

También a Andrea Santamaría, asistente editorial del proyecto, por su trabajo de corrección de textos y apoyo en todas las etapas de edición de este segundo volumen.

Al Archivo Histórico Javeriano por facilitarnos el acceso a registros valiosos de maestros javerianos. Y, finalmente, a la Editorial Pontificia Universidad Javeriana, por su apoyo en las actividades de prelanzamiento del libro y su edición final.

FABIOLA CABRA TORRES

Profesora titular

Facultad de Educación

Pontificia Universidad Javeriana

2 de septiembre de 2018

INTRODUCCIÓN

Este segundo volumen que ponemos a disposición de la comunidad universitaria del país tiene su origen en el proyecto Vida y Pensamiento Educativo de Maestros y Maestras Universitarios de la Facultad de Educación, con el cual se pretende el reconocimiento, la comprensión y la reflexión sobre las prácticas docentes universitarias, a partir de un ejercicio de narración de trayectorias biográficas, además de posicionar el discurso pedagógico y la formación integral en la universidad en sus dimensiones social, cultural y científica. Acorde con estos propósitos, hemos acudido a la memoria y a la conversación con profesores y profesoras a fin de recuperar la dimensión ética, política, histórica, reflexiva y existencial de las prácticas de enseñanza universitarias, así como su carácter formativo y transformador.

 

Así, hemos querido acceder a las experiencias y los repertorios culturales que dotan de sentido la vida en la universidad, con el objeto de indagar aspectos desconocidos de su vida personal, la experiencia como profesor de la Universidad Javeriana, junto con sus personales apreciaciones sobre las relaciones pedagógicas y la disciplina que ha trabajado durante su vida en particular. Como en el volumen anterior, la indagación se basó en entrevistas orientadas a explorar las influencias significativas en las biografías personales y trayectorias intelectuales de los maestros; su comprensión acerca de las nuevas generaciones de jóvenes; el sentido que le atribuyen a la docencia; algunas de sus preocupaciones y propuestas para la construcción de país con base en la enseñanza universitaria; y su compromiso con la transformación social.

Los profesores y profesoras que reciben homenaje en esta publicación son reconocidos por la comunidad universitaria por su contribución a la formación de diversas generaciones de estudiantes javerianos en las distintas disciplinas del conocimiento, así como por su aporte a la universidad y al país. Dan así testimonio de un fuerte compromiso con la comunidad académica, y no solo con la labor exclusiva en el aula, pues han trabajado en iniciativas curriculares de gran envergadura y han consagrado una buena parte de su vida a la enseñanza universitaria. Ellos son: el padre Alfonso Quintana Cárdenas, S. J., in memoriam; Augusto Montenegro González, in memoriam; el padre Rodolfo Eduardo de Roux Guerrero, S. J.; Francisco Sierra Gutiérrez; Jesús Martín-Barbero; Graciela Aldana de Conde; Ana Cielo Quiñones Aguilar; Alfonso Solano de Francisco; Flor Edilma Osorio Pérez; y José Ignacio Acevedo Gordo.

VIDA Y PENSAMIENTO EDUCATIVO DE PROFESORES UNIVERSITARIOS

La figura del maestro universitario, su praxis reflexiva y situada, el aprendizaje experiencial y la enseñanza que construye país constituyen los temas centrales de este segundo volumen. A continuación, se presentan algunas de las reflexiones que inspiran el quehacer docente de los entrevistados, cuyos testimonios refieren a aspectos que consideramos fundamentales y significativos para avanzar en una reflexión sobre sus trayectorias, su dimensión humana y su valiosa e innegable contribución al proyecto y misión institucional de formación integral.

SIGNIFICADO DE SER MAESTRO

En la vida de todo ser humano, la presencia del maestro es fundamental en su experiencia formativa. Maestro es una palabra que felizmente refiere a aquellos que dejan huella. ¡Cómo olvidar al profesor que te enseñó a leer, que te despertó el amor por la poesía, por la literatura, por la ciencia, que cultivó nuestra curiosidad! Todo maestro tiene un don y una responsabilidad, siente que su oficio es un privilegio, y los maestros entrevistados nos lo recuerdan:

Puedo afirmar que mi único deseo fue siempre ayudar a crecer intelectualmente a mis alumnos, y por eso asumí con una seriedad muy grande mi responsabilidad de profesor. (R. E. de Roux G., S. J.)

Un muy grande privilegio y, a la vez, una responsabilidad enorme, pues formar comunicadores capaces de meter la vida de la gente en los medios ni era y ni es hoy fácil ni cómodo. (J. Martín-Barbero)

Ser docente es acompañar el despliegue de los talentos, entendiendo que la principal obra es el relato que uno hace de sí mismo, de su identidad y, por lo tanto, es imperativo cuidar el impacto de nuestra palabra en ese relato, entendiendo que esa identidad se puede reescribir, hasta el último día. (G. Aldana de Conde).

Más aún, ser maestro es siempre ser aprendiz. Como escribió Søren Kierkegaard: “Ser maestro, en el buen sentido de la palabra, significa ser aprendiz. La instrucción comienza cuando uno como profesor aprende del aprendiz, se pone en su lugar para poder comprender lo que él o ella comprende y la forma en que lo comprende”1. De ahí que se requiere comprender primero al estudiante, escucharlo y hacerle sentir que de él podemos aprender. En ese mismo sentido, los relatos de los maestros describen el significado de enseñar:

Ha significado aprender, yo creo que yo no he sido profesor, porque profesor es el que profesa un conocimiento y yo me he dedicado a aprender y comprender la vida, comprender el sentido y el propósito. (A. Solano de Francisco)

Es la posibilidad de construir y crear con otros, y yo soy lo que soy gracias al contacto que he tenido con los estudiantes, por lo que ellos me han enseñado. (A. C. Quiñones Aguilar)

Ciertamente, la enseñanza pone al maestro en “una de las relaciones más retadoras, estimulantes, inspiradoras”, como se señala en uno de los relatos de los maestros entrevistados; es a la vez una vocación que se disfruta, con sus tensiones y desafíos, porque está impregnada de pasión:

Más allá del conocimiento académico, como centro de la docencia, creo que esta labor permite constantemente un conocimiento de tipo personal frente a la tolerancia, al respeto por los otros, el reconocimiento, los criterios de verdad, el ejercicio del poder y la autoridad, el manejo de la soberbia, en fin, todas esas emociones y sentimientos que forman parte y acompañan la relación con los otros, en este caso los estudiantes y también nuestros colegas. (F. E. Osorio Pérez)

Son muchas las satisfacciones que he tenido y que guardo con mucho amor. Espero haber podido transmitir a mis alumnos mi pasión por la tecnología del futuro y también mi pasión por los temas sociales y las comunidades de pocos recursos. (J. I. Acevedo Gordo)

Al mismo tiempo, un maestro es un referente de identidad en el proceso formativo, quien, más allá de la transmisión de contenidos y de enseñar de una determinada manera de pensar, actuar o sentir, encuentra su propósito en la construcción de relaciones significativas que ponen en juego valores y, en particular, un tipo de conocimiento personal en la esfera sentimental que integra lo cognitivo con lo afectivo y con la creación de comunidades.

Una tarea fundamental de la enseñanza es ayudar al ser humano a conocerse a sí mismo. Bernard Lonergan lo plantea mediante la estructura de la persona humana, una cosa hermosa. Diríamos: un punto final en donde la persona llega a su plenitud humana es el ámbito de los valores, unos valores destinados a dinamizar una manera de vivir, una manera de comunicarse y la creación de una comunidad, de una sociedad en cada generación. (R. E. de Roux G., S. J.)

PRAXIS PEDAGÓGICA DEL MAESTRO UNIVERSITARIO

El maestro universitario tiene un papel fundamental desde el punto de vista de la civilización y del cultivo de la humanidad: pone las bases de todo el desarrollo intelectual futuro y de la persona plenamente humana, y lo hace civilizadamente en compañía de los demás2. Su labor está ligada al pensamiento acerca de lo que somos, de lo que hacemos, de los otros, de la sociedad y del futuro. Esto se puede vislumbrar en algunos de los testimonios:

Creo que estamos en un contexto poshumanista, no en el sentido de que sea antihumano, sino en un contexto en el que tenemos que reformular mucho más qué somos los seres humanos, y eso compete no solo a las personas comunes y corrientes de todos los días, y a la filosofía, a las artes o a la historia, sino que compete realmente a todas las carreras. […] Los seres humanos estamos viviendo una nueva época denominada la era del Antropoceno, porque lo que el ser humano ha hecho en la historia y con el medio ambiente está incidiendo directamente en él. Las grandes tecnologías que surgieron de las universidades, las grandes teorías económicas que surgieron de académicos y filósofos han sido implementadas en las sociedades y hoy están regresando muy transformadas a los ámbitos intelectuales para reorientarlos, para repensar lo que está pasando, y no nos damos suficiente cuenta del impacto. (F. Sierra Gutiérrez)

Te puedo decir que si hay algo que esté en crisis, es lo que entendíamos por comunicación, […] realmente ha estallado la idea de comunicación, una idea que fue, en el fondo, cuasi humanista. Comunicarse es básico, es importante, porque la sociedad lo necesita. Sin embargo, ahora comunicación es Facebook, es el teléfono celular, y en realidad esto nos está cambiando, pero, ¿qué es lo que está cambiando?, me pregunto. (J. Martín-Barbero)

Habría que decir también que la praxis pedagógica del maestro lleva implícito el compromiso de ser formadores en un momento histórico que está pidiendo a gritos comprensión del mundo, solidaridad y un sentido de esperanza que lleve a una acción reconstructiva encarnada en lo local y global.

Los colombianos no somos conscientes de cuál es nuestra llamada como país, de todo lo que le podríamos enseñar al mundo si uniéramos esfuerzos, si potenciáramos la creatividad, tan dispersa por el egoísmo –cada uno en su isla o en su esquina–, si aprovecháramos la maravillosa biodiversidad natural y humana con que hemos sido bendecidos. El momento es para acercar mundos, para tejer relaciones, para hacer alianzas, para una polinización desde el amor que le pueda devolver la esperanza no solo a Colombia sino al mundo. (G. Aldana de Conde)

Estos rasgos de la praxis pedagógica se relacionan también con la construcción de un currículo pertinente y situado en la realidad. Un currículo que se orienta a la reflexión sobre la práctica educativa y los procesos de formación en la universidad, pero sobre todo que se sitúa con una preocupación auténtica por la experiencia del estudiante, en su doble dimensión: tanto dentro de la institución como en la sociedad.

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