La tecnología, siglos XVI al XX

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Algunos de los instrumentos técnicos empleados en las manufactureras y en los ingenios de azúcar y trapiches (de cierta complejidad) son inventados localmente. No sucede lo mismo con las materias primas de hierro, acero para engranes, ejes, planchas y tornillos, los cuales son importados.36

Las técnicas europeas se difunden en las haciendas agrícolas. En las azucareras se emplean técnicas de irrigación árabes introducidas por los españoles y se explota el trabajo indígena y de esclavos africanos. Se utiliza el molino o el trapiche de madera de tres mazas verticales movidos por una gran rueda hidráulica vertical y la casa de purgar para obtener los panes de azúcar. En la primera mitad del siglo XVIII comienzan a diversificarse las actividades productivas, los talleres de alfarería, fundición, y los obrajes, sin abandonar las formas artesanales de organización.


El pragmatismo científico. Fundación de la Universidad

En 1536 los franciscanos fundan la primera institución de cultura superior en la Nueva España: se trata del Imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, considerado la primera institución de transculturación mexicano-europea, en el que se impartían cátedras de latín, retórica, filosofía, teología, música, lógica y medicina bajo los mismos estatutos de los colegios europeos.37 En el mismo colegio "los niños indios empezaron a escribir en su lengua y en español, y a incorporarse no sólo a la nueva religión, sino a la nueva cultura".38

El primer egresado de ese colegio es un médico, Martín de la Cruz, quien en 1552 escribe el primer tratado de farmacología en el continente americano. Esta primera monografía científica de la botánica indígena trata de los usos medicinales de las plantas en México. Sus principios activos, luego de ser validados, son incorporados a la farmacopea internacional. La obra es traducida del mexica al latín por otro indígena, Juan Bodiano,39 y enviada a Europa.

La creación de la Universidad en 1551 (con el grado de Pontificia a partir de 1595), bajo el modelo de la Universidad de Salamanca, introduce la enseñanza de las ciencias en la Nueva España.40 En su cátedra de artes se enseña matemáticas, dibujo lineal y geométrico, física, teología, astrología, anatomía y cirugía, mismas que se fueron sumando en el transcurso de los siglos XVI y XVII. En los seminarios de San Pedro y de San Pablo, fundados en 1573, se imparte cosmografía orientada a la física práctica y a la topografía.

Con la cátedra de medicina en la Universidad de México inicia el desarrollo formal de la ciencia médica mexicana. En 1567 se gradúa el primer doctor en medicina, Pedro Farfán,41 y tres años más tarde se imprime el primer libro de medicina en América, titulado Opera medicinalia escrito por el español Francisco Bravo.42

Sin embargo, el establecimiento de la Universidad no implica el acceso de los nativos, por lo que la oportunidad de aportar al conocimiento universal durante los dos primeros siglos de vida colonial es limitada, a pesar de la creación de una serie de instituciones de enseñanza que se proponen incorporar al indígena al conocimiento y cultura occidental.

Las ciencias y las enseñanzas técnicas están orientadas a la extracción de minerales. Esto no es así para el fomento de la producción fabril, ya que compite con la metrópoli. Los precursores de los estudios de la ciencia y las técnicas lo fueron a título personal más que a nivel de instituciones.

Las cátedras de astronomía y matemáticas más relacionadas con la generación de conocim ientos en aplicaciones técnicas para las actividades productivas, como la ingeniería, la hidráulica, la arquitectura y la mineralogía, esperan casi cien años para ser impartidas como disciplinas científicas. Su implementación se relaciona con la figura de Carlos de Sigüenza y Góngora, cuya obra abarca desde el ámbito de la ciencia pura hasta el de las artes mecánicas. De hecho, este ilustre personaje es responsable de uno de los primeros levantamientos cartográficos más precisos de los territorios de la Nueva España.43

Sin embargo, los contactos con los científicos europeos son escasos en estos siglos. En todo caso, las pocas aportaciones al Nuevo Mundo se deben a emigrantes, médicos y religiosos europeos.44


En esa época destacan las observaciones naturalistas de Francisco Hernández y el surgimiento y desarrollo de los instrumentos de medición. En 1571 llega a México el doctor Francisco Hernández, designado por Felipe II protomédico general de todas las Indias, quien se da a la tarea de "[...] indagar, describir y comprobar las cualidades terapéuticas y los usos alimenticios o industriales de las plantas mexicanas [.. .]"45 Hernández puso especial atención en los usos múltiples de ciertas maderas y plantas como el tabaco, el chile, el cacao, el coco y el nopal. Recaba información de cómo se realizaban algunas actividades indígenas (el procesamiento del papel amate, la salsa de tomate y chile y el chocolate), así como el aporte alimentario de iguanas, conejos y guajolotes. En una obra posterior Hernández describe 2 881 plantas, 410 animales y 35 minerales, de los que destaca sus propiedades alimentarias e industriales.46

La importancia que va adquiriendo la medicina conlleva a que en 1722 se edite y publique por Juan Ignacio María de Castoreña y Ursúa y Goyeneche el primer número de la Gaceta de México, primer periódico que incluye información médica interesante.47 En ese mismo decenio también se publica el primer tratado de fisiología escrito en México. En 1735 se funda la Academia de Medicina del Virreynato.48

Los avances de la medicina implican la fundación de hospitales. El primer antecedente lo constituye el Hospital de la Purísima Concepción o de Nuestra Señora, creado en 1524, hoy llamado Hospital de Jesús. Le sigue el Hospital de San Lázaro, creado por esos mismos años; el Hospital Saint Joseph (1531) y el Hospital de la Mujer "Dr. Alemán Pérez", originalmente conocido como Hospital de los Desamparados o como Hospital de San Juan de Dios, fundado en 1605.49

CAPACIDADES TÉCNICAS QUE PERMANECEN

Las capacidades técnicas y de conocimientos alcanzadas por el mundo indígena mexicano hasta 1521 sufren modificaciones con la llegada de los españoles. Muchas capacidades se destruyen y otras cambian, atendiendo a la dinámica de extracción de la riqueza bajo la dominación colonial española. Sin embargo, un conjunto de actividades técnicas y científicas ligadas a la agricultura, la medicina, la astronomía y la construcción se conservan.

La agricultura y la medicina constituyen la parte fundamental de este periodo las cuales ya han sido comentadas, por lo que enseguida se finaliza con la construcción y la astronomía.

Construcción y arquitectura

La cuenca cerrada del valle de México albergaba un conjunto de lagos interconectados como Zumpango, Jaltocan, Ecatepec, Texcoco, Xochimilco y Chalco. Las obras hidráulicas construidas atendieron a diversas necesidades, entre otras para separar el agua salada (Texcoco-México) de la dulce, y calzadas de comunicación y defensa que sirvieron también para regular inundaciones, y múltiples diques y acequias para las chinampas. La supremacía militar azteca lleva a una centralización política que debió ser paralela a un proceso de construcción del sistema hidráulico (Ángel Palerm, Obras hidráulicas prehispánicas en el sistema lacustre del valle de México, SEP/INAH, México, 1973, p. 244).

La antigua ciudad de Tenochtitlan se proveía de agua dulce de los manantiales de Chapultepec mediante un acueducto de doble cauce. En 1449 se construye un dique de aproximadamente 16 km que corría desde Atzacoalco en el norte (Tepeyac) hasta Iztapalapa en el sur (Sierra de Santa Catarina); esta calzada, o albarradón de Nezahualcóyotl (1402-1472), permitía contener el lago y proteger a la ciudad del agua salada.

Posteriormente, ya en la época de la Colonia, comienza la construcción del acueducto para llevar agua a la ciudad de México. En la construcción de estas obras se observan aplicaciones maestras de ingeniería hidráulica, empleando instrumentos de precisión como el bastoncillo.50 El acueducto de Zempoala se construye de 1543 a 1560, obra relacionada con el nombre del fraile ingeniero Francisco de Tembeleque. Se emplean diversos instrumentos de precisión como el astrolabio plano, con el cual se determinan la altura, dirección e inclinación de acueductos. De igual modo, se cuenta con amplios conocimientos de hidráulica, particularmente la concepción de la arcada, adecuada para salvar los altibajos del terreno, de los cimientos, los materiales empleados, y destreza en el manejo de herramientas.

 

Destaca además el acueducto de Querétaro, iniciado en 1726 y concluido en 1735, constituido por 74 arcos de piedra y 60 pilas, con una longitud de 1280 m.51

También principian las obras de construcción de un acueducto para drenado de las aguas que inundan la ciudad y el valle de México, comenzando por construir diques y calzadas. En 1655 Luis Velasco ordenó la construcción del dique de San Lázaro, muy próximo a la ciudad de México.

Por estas fechas también se da inicio a las obras de desviación del curso de los ríos cercanos para evitar desbordes en la ciudad, dirigidas por Francisco Gudiel y Ruy González. Estas obras continúan en 1607 y son dirigidas por el científico y mecánico Enrico Martínez, considerado el primer impulsor de la ciencia aplicada. En este tipo de trabajos también destacan otros personajes como fray Andrés de San Miguel y los ingenieros Fernando Zepeda y Fernando Carrillo.52

Es el mismo Martínez quien propone llevar agua de los ríos Tula y Cuautitlán y del lago de Zumpango por medio de un canal y un socavón.53 El Tribunal del Consulado perfeccionó esta concepción a finales del siglo XVIII, y es hasta 1822 cuando esta magna obra culmina. La construcción del túnel de Nochistongo se considera la obra más importante del periodo colonial.54

El acueducto Tlaxpana se construye entre 1603 y 1620 mediante mil arcos; por él corría agua desde Santa Fe a la ciudad de México y fue derrumbado en 1851.

Es importante hacer notar que durante los siglos XVII y XVIII existía gran preocupación en la ciudad de México debido a las continuas inundaciones, por lo cual se llevaron a cabo diversos estudios sobre reconocim iento de terrenos, así como estudios técnicos de la hidrología del valle de México. Plasta entonces en materia hidrológica prácticamente se había seguido el patrón indígena. De hecho, los dos primeros virreyes de la Nueva España (Mendoza y Velasco el Viejo) ordenaron tomar testimonio e información de los ancianos indígenas. Por eso en un principio las técnicas utilizadas en el virreinato no diferían de las técnicas indígenas, lo cual siguió así hasta que "[...] la gran empresa de Huehuetoca [...] forzó la integración masiva de la tecnología española con la nativa".55

En este periodo son relevantes las construcciones civiles, religiosas y militares; resalta la creatividad de los arquitectos y alarifes españoles e indígenas. Se trata de modelos estereotipados de la arquitectura europea.56

En la arquitectura religiosa son notables los mecanismos ideados en la construcción de retablos, como el sistema móvil de andamiaje "usados para armar colaterales y retablos, elevados castillos de madera para subir objetos pesados. También se ensaya por primera vez la fabricación de adosadas, aplicadas en la catedral de la ciudad de México".57

Por otra parte, son importantes las obras de construcción de caminos y vías de comunicación, de acueductos, canales y desagües impulsadas en la parte última del periodo colonial. La construcción de puentes sobre barrancos profundos y ríos caudalosos tiene su origen en el siglo XVI. En la construcción de puentes son ejemplos el del río Atoyac, en Puebla; el del Paseo Nueva Guadalajara; el Puente del Rey, en Veracruz. El siglo XVII es el periodo de construcción de iglesias y catedrales, así como de represas y canales.

La construcción muestra algunas síntesis de las técnicas prehispánicas con las españolas, en particular en la construcción de acueductos.

Astronomía

El interés por la astronomía en el Nuevo Mundo se remite al periodo preclásico58 y frecuentemente se relaciona con la evolución de las culturas mesoamericanas. Prueba de ello se inscribe en los códices y en las escrituras de las culturas maya, mixteca, mexica y otras del altiplano central.59

Los principales cuerpos y fenómenos celestes (el Sol, Venus, la Luna, las Pléyades), así como un conjunto de estrellas, se integran a la vida religiosa y social.

Identifican mediante sus estudios, diferentes ciclos, de acuerdo con el movimiento de los astros. El ciclo de los mayas es de 104 años (el doble del de 52 años), el cual se completaba con 26 días añadidos al final. El ciclo de los aztecas, o ciclo tianquiztli, abarcaba 52 años, agregando 13 días al final.60 Existían además otros ciclos, como el de 208 años (4 veces 52) o el de 312 (6 veces 52 años del módulo del calendario maya).61 Con la llegada de los españoles y la Conquista se destruye, junto con la jerarquía indígena, esta parte de tradición científica, cultural y religiosa.

La astronomía en el periodo colonial se circunscribe a la tradición científica europea. Sus principales precursores están relacionados con países como España y Francia, por lo que, al parecer, no existe vínculo entre la astronomía precolombina y la colonial.62 La ciencia astronómica occidental adoptada por la Colonia parte del siglo XVI y se extiende al XVII, en el cual se introducen los estudios astronómicos.

En 1557 fray Alonso de la Veracruz publica Physica speculatio, donde en la parte final hace referencia a un texto astronómico. Francisco Maurolyco publica Desphaera. Líber unus, en la cual expone en forma por demás ortodoxa qué es el ciclo solar y el ciclo lunar, entre otros. Probablemente la principal influencia sea la publicación de fray Alejo García, Kalendario perpetuo, considerado un verdadero cómputo cronológico que perdura a lo largo del periodo colonial.63

Hacia el decenio de los años treinta del siglo XVII fray Diego Rodríguez hizo posible la difusión, con cierta profundidad, de las teorías matemáticas y astronómicas, mediante sus cátedras en la Real y Pontificia Universidad de México.

Otro célebre estudioso de la astronomía fue Carlos de Sigüenza y Góngora, también partidario y conocedor de Copérnico, Kepler, Descartes, Galileo y Brahe.64 Escribió en su Manifiesto filosófico contra los cometas despojados del imperio que tenían sobre los tímidos acerca del cometa de noviembre de 1680, afirmando (contra la creencia común) que no son causa de infortunio y calamidades.

Sin embargo, en términos generales hasta 1769 la astronomía en la Nueva España se sustenta en la observación de fenómenos notables, fundamentados en el tradicionalismo, que a menudo desestima los descubrimientos de Copémico. Además, sus instrumentos son anticuados.65 Es hasta la última parte del siglo XVIII cuando se da una renovación de esta ciencia.66

Entonces la astronomía colonial no sigue ni adopta parte de la trayectoria técnica prehispánica, aunque puede considerarse que de alguna manera coinciden las capacidades con un sesgo que las deja en el pasado.

En resumen, la organización económica y social construida con la conquista española, y que en lo esencial se conserva a lo largo de toda la época colonial, propicia una forma limitada de creación e introducción de las técnicas productivas. Las técnicas se adecúan a la explotación extensiva del trabajo y de los recursos naturales, mientras que la ciencia es elitista y segrega a la población indígena, a pesar de los esfuerzos por fundar algunas instituciones de enseñanza que incorporan al indígena al conocimiento occidental.

El resultado es una destrucción de capacidades técnicas, algunas de las cuales encuentran espacios marginales de sobrevivencia en la vida cotidiana. No obstante, gran parte de las costumbres y tradiciones indígenas no desaparecen; conservan y reproducen su idioma, su modo de vestir tribal y diverso, sus hábitos alimentarios (la cocina), la medicina, la construcción colectiva (como el Tequio en Oaxaca), hasta sus creencias religiosas. Otras capacidades adquieren una dinámica propia que mejora a lo largo de la historia de México: las capacidades técnicas de la agricultura, la construcción, la astronomía y la medicina, que se enlazan propiciando trayectorias con enriquecimiento del conocimiento inicial.

NOTAS

9 El ejército español de finales del siglo XV emplea armas de fuego y artillería, así como la pica de los indígenas. Se les considera los mejores soldados de la época. Sus principales armas son ballesta, arcabuz, espoda, rodela, falconetes y algunas otras piezas de artillería, mientras que el ejército indígena dispone de hondas para arrojar piedras, arco y flecha y atlatl; y la infantería orgánica de los escuadrones lanza, maza o porra, chimal, macana a manera de mandoble, macan, ichcahuipolli y maxtli (como armas defensivas). Daniel Gutiérrez, Historia militar de México, 1325-1810, El Ateneo, México, 1961, pp. 63-67.[regresar]

10 Los conquistadores usan como arma defensiva el ichcalpulli (escudo) de los indígenas, haciéndole algunas adaptaciones. Daniel Gutiérrez, op. cit., pp. 63-67.[regresar]

11 En la sociedad indígena las com unidades son tradicionalm ente gobernadas por jefes llamados tlatoque (en singular tlatoani) y subdivididas según el sistema indígena, siendo la unidad el calpulli o tlaxicalli, un grupo de fam ilias que viven en una localidad. Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español (1519-1810), 8a. ed" Siglo XXI Editores, México, 1967.[regresar]

12 La historia de la prim era generación de encom iend as es de abuso generalizado y atrocidades singulares. Los encarcelaban, mataban, golpeaban y hacían perseguir por perros. Charles Gibson, op. cit., p. 82.

[...] doce años enteros (1518-1530 ) duraron las matanzas y estragos que las sangrientas y crueles manos y espadas hicieron en cuatrocientas y cincuenta leguas en torno casi de la ciudad de México y a su rededor, donde cabrán 45 grandes reinos tan grandes y harto más felices que España [...] todas más pobladas y llenas de gente que Toledo, Sevilla y Valladolid y Zaragoza juntam ente con Barcelona [...] más han muerto a cuchillo y a lanzadas, y quemándolos [...] lo que ellos llam an conquistas, siendo invasiones violentas de crueles tiranos. No podrá bastar lengua ni noticia e industria hum ana a referir los hechos espantables [...] Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, ed. orig., Sevilla, 1552. Clásicos Uciesa Ediciones 29, Madrid, diciembre de 2000.[regresar]

13 Las 'cabezas' o 'cabeceras' son instituciones españolas que sirven para la organización política y económica colonial. La ciudad es cabeza de un distrito. Charles Gibson, op. cit., pp. 75-76.[regresar]

14 Gilberto Argüello, "Historia económica de la intelectualidad, la ciencia y la tecnología en México", en Leonel Corona, Universidades en la política científico tecnológica, informe final, GEFE/SEP, México, 1984, pp. 7-8.[regresar]

15 Charles Gibson, op. cit., p. 82.[regresar]

16 En la actualidad "México ocupa un lugar privilegiado en el panorama mundial de la diversidad biológica. Con una superficie de apenas 1.5% del área total de la masa continental, en su territorio se encuentran casi todas las biomasas que existen en el planeta, y en él vive cerca de 10% de las especies de plantas y anim ales terrestres que se conocen actualmente". José Sarukhán, "Diversidad biológica y cultural", en Investigación y Desarrollo, suplem ento de La Jornada, julio de 1996, p. 1.[regresar]

 

17 Teresa Rojas, Las siembras de ayer. La agricultura indígena del siglo XVI, SEP/lNAH, México, 1988, p. 15.[regresar]

18 El cultivo en "asociación anual-perenne" es el de maguey, nopal, aguacate, ram ón, tejocote, capulín y otros árboles frutales que se encontraban en las milpas anuales, distribuidos alrededor de los terrenos, com o linderos o setos vivos, o bien en porciones de éstos. Son cultivos más com unes en "asociación anual-anual" maíz, frijol y calabaza, junto con el chile y otras plantas silvestres. De asociación perenne-perenne son el cultivo de árboles en huertos mixtos diversificados en los que cada especie estaba representada por unos cuantos ejemplares, es decir, que tenían un alto índice de diversidad de especies. Teresa Rojas, op. cit., pp. 86-94.[regresar]

19 Otro tipo distinto de chinam pas fue la construcción de parcelas artificiales en islotes en donde se abrían zanjas de drenaje, y con la tierra, césped y lodo se amontonaban y form aban el terreno; para zonas mal drenadas se hacía una especie de promontorio: se excavaban zanjas y se form aban parcelas, se am ontonaba la tierra y el lodo por sobre la parcela misma, elevándola por encim a del nivel del agua. Teresa Rojas, op. cit., pp. 148-151.[regresar]

20 Hasta la introducción y difusión del arado y de los animales de tiro, la agricultura bajó de las laderas a los valles. Teresa Rojas, op. cit., p. 117.[regresar]

21 Las plantas, de acuerdo con el nombre común actual, son, entre otras, las siguientes, achiote, aguacate, alegría, algodón, amates, anonas (chirimoya, guanábana, ilama), añil, biznaga, cabeza de negro, cacahuate, cacao, cacomite, calabazas, cam ote, capulín, cardosanto, carrizo, cascalote, cebollas, ciruelas (amarilla y roja), copal, cuajilote, chaya, chayóte, chía, chicozapote, chilacayote, chilechirimoya, dalla, epazote, frijol eyecote, frijol común, frijol lima, frijol tepary, guacamote, guanábana, guajes comestibles, guaje recipiente, guayaba, guayabilla, henequén, hierba santa, huauzontle, hule, izote o yuca, jicama, jitomate, liquidámbar, macal, maguey, maíz, mamey, mezquite, nanche, nardo, nopales (tunero o de grana, de tuna o cardona, xoconostle), nopalillo, otate, palo de Brasil, palo de Campeche, papaya, pimienta gorda o de Tabasco, piña, poñoncillo, pithaya, quelites, ramón, romeritos, cempasúchil, tabaco, tecom ates, tejocote, tomate, tule, vainilla, yuca, zapotes (amarillo, blanco, negro). Teresa Rojas y William Sanders, H istoria d e la agricultura. Época prehispánica siglo XVI, t. I, 1a . reimp., INAH, México, 1989, pp. 67-69.[regresar]

22 De la antigua Europa se recibió el trigo, el olivo, la vid, los bananos, la caña de azúcar y otros frutales desconocidos en América. La mayoría de las plantas se adaptaron y propagaron, convirtiéndose posteriormente en cultivos normales. José Luis Martínez, "Intercam bios en la Conquista", en Abelardo Martín Miranda, El otro occidente. Los orígenes de Hispanoamérica, Telmex, México, 1992, p. 97.[regresar]

23 Se dispone de un "variado y extenso arsenal de zumos, lavativas, fumigantes y sorbetorios, cohetorios, gargarismos, buches, lavatorios, píldoras, polvos, cataplasmas, supositorios, unciones, emplastos y ventosas". Muchas de estas plantas tienen un uso generalizado en el mundo (Eli de Gortari, Del saber y la técnica en el México antiguo, Complementos del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos/UNAM, México, 1987, pp. 37-38). Son ejemplos de plantas medicinales la "raíz de Michoacán", que se emplea para purgar; el "anime" y el "copal", com o resinas em pleadas para fríos y heridas; guayacán o "palo santo" y el "palo aromático", que son cortezas de árboles empleadas como diuréticos y para los riñones. Asimismo, se utilizan plantas y frutas para purgas com o la zarzaparrilla, la hierba de luán Infante, pimienta de las Indias, leche del pinipiniche, avellanas purgativas, piñones purgativos, haba purgativa, sufur vivo, entre otros. A su vez, la cultura indígena tam bién contribuye con otro tipo de plantas, todas con diferentes propedades: tabaco, hule, chicle y varios colorantes. José Luis Martínez, op. cit., p. 97.[regresar]

24 Charles Gibson, op. cit, p. 316.[regresar]

25 Al principio la Corona obtuvo cantidades exorbitantes del monopolio del azogue. "En el decenio de 1560 a 1570 el costo med io en la ciudad de México era de 117 a 125 pesos por quintal. Pero los precios de venta qu e se obtenían m ediante subasta iban de 132 a 236 pesos, siendo las cotizaciones más frecuentes entre 170 y 187 pesos". David A. Brading, Mineros y com erciantes en el M éxico borbónico (1763-1810), FCE, 5a. reimp., México, 1995, p. 28.[regresar]

26 Entre las causas que se citan al respecto están una débil resistencia física ante los trabajos excesivos, dada la frugalidad de sus alimentos, las guerras mismas y enfermedades como la viruela en 1520, el sarampión en 1531 y la tifoidea de 1576, las cuales minaron la población indígena. José Luis Martínez, op. cit., pp. 88-90, y Elias Trabulse (coord.), Historia de la ciencia en México (versión abreviada), FCE/Conacyt, México, 1994, pp. 88-89.[regresar]

27 Charles Gibson, op. cit., p. 229.[regresar]

28 Eli de Gortari, op. cit., p. 38.[regresar]

29 Mervyn Lang, El monopolio estatal del mercurio en el México colonial (1550-1710), FCE, México, 1977, pp. 46-51. El método consiste en verter azogue en un crisol de cerámica, calentarlo, sumergir los objetos com puestos de oro y plata mezclados para que se les adhiera el mercurio, sacarlos y colocarlos en una batea sobre la que, al enfriarse, el oro sale junto con el mercurio. Esta amalgama se pasa por un cernidor, colándose el mercurio y quedando el oro. El requerimiento especial consiste en una superficie pavimentada.[regresar]

30 Otros autores de la época proporcionan inform ación del origen mexicano del método de patio, como Vanoccio Biringuccio, en su obra De re metallica, y Georgius Agrícola, en su tratado de Phyrotechnba.[regresar]

31 Esto da pie a que autores como Luis Muro consideren a Bartolom é de Medina el introductor del beneficio de patio. Véase Luis Muro, "Bartolomé de Medina, introductor del beneficio de patio en Nueva España", en Alicia Hernández Chávez y Manuel Miño Grijalva (coords.), Historia de la ciencia y la tecnología, El Colegio de México, México, 1991.[regresar]

32 David A. Brading, op. cit., p. 29.[regresar]

33 Ramón Sánchez considera a Miguel Pérez Alemán el primer inventor, y a Gaspar Lomán, de origen alemán, el primer descubridor. Ramón Sánchez, Historia de la tecnología y la invención en México, FCE/Banamex/Salvat, México, 1980, pp. 86 y 89.[regresar]

34 Pedro González y Diego de León, para el ahorro de azogue; Alonso de Espinoza, para una rápida incorporación del azogue e ingenio mecánico ("antiguas rastras de caballería que girando en círculo apisonaban la lama, o bien en las ruedas circulantes manipuladas a mano"); Juan de San Pedro, para el mejoramiento del proceso químico; Pedro Díaz de Baeza, un lavadero de m etales; Juan de Placencia, diseña cernidor, utensilios y desazogadera; Leonardo Fragoso y Cristóbal Garda diseñan un sistema para lavar metales; Raymundo de Nápoles, desarrolla un mortero de molienda y cernidores; Juan Capellín, hace importantes mejoras al propio método de patio; Bernardino de Santa Cruz, inventa unos cajones para ahorrar azogue; también son importantes los inventos de Pedro de Requema, Diego Martín y Diego López Valero, entre otros. Ramón Sánchez, op. cit., pp. 95 a 104.[regresar]

35 Ramón Sánchez, op. cit., pp. 128-130.[regresar]

36 Ibid., p. 130.[regresar]

37 Elias Trabulse, op. cit., siglo XV], p. 213.[regresar]

38 Manuel Barquín, Historia ilustrada de las ciencias de la salud, Facultad de Medicina, UNAM, México, 1989, p. 314.[regresar]

39 Ibid.[regresar]

40 "El 21 de septiembre de 1551 el príncipe Felipe, en nombre de su padre, Carlos I de España, emitió tres cédulas en las que decretaba la creación de una Universidad de México, para los hijos de los conquistadores, frailes e indígenas; sin embargo, estos últimos tuvieron poca presencia. El 13 de junio de 1553 se celebró la sesión inaugural a cargo de Francisco Cervantes de Salazar, catedrático de Retórica, y asistió como testigo el virrey Luis de Velasco.

La nueva Universidad estaba estructurada en torno a cinco facultades, cuatro llamadas mayores que eran: teología, cánones, leyes, medicina; y una menor, la de las artes. En todas las carreras las clases se impartían en latín. Las dimensiones del estudiantado variaron a través de los siglos, pero siempre en aumento. Hacia 1575 había 115 matriculados en Gabriela Casas Cabrera, 450 Años de la Universidad, FCPS-UNAM, http://morgan.iia.unam.mx/usr/humanidades/217/COLUMNAS/CASAS.web.[regresar]

41 Manuel Barquín, op. cit., p. 313.[regresar]

42 Elias Trabulse, op. cit., (versión abreviada), p. 51.[regresar]

43 Los primeros levantam ientos y planos cartográficos son resultado de una serie de viajes realizados durante el segundo y tercer decenios del siglo XVI sobre la parte insular y continental del Nuevo Mundo, y en particular sobre las costas del Golfo de México y el occidente de las costas del Pacífico. De esta manera destacan los trabajos de Alonso Álvarez de Pineda y Lucas Vázquez de Ayllón (costa del Golfo); y la armada de Hernán Cortés (que llega hasta la isla de Terranova). Otras expediciones que destacan son las de Alvaro de Saavedra al Pacífico en 1527; Diego Hurtado (que descubre las Islas Marías) y Fortún Ximénez, quien llega hasta los territorios de Baja California. Algunas de estas expediciones se repiten a finales del siglo XVII incluso por el mismo Carlos de Singüenza y Góngora, quien de esta manera logra realizar un preciso trabajo cartográfico, considerado como un resumen de casi dos siglos. Elias Trabulse, op. cit., (versión abreviada), p. 62.[regresar]

44 Hugo Aréchiga, "La ciencia m exicana en el contexto global", en México, ciencia y tecnología en el umbral del siglo XXI, Conacyt/Porma, México, 1994, p. 11.[regresar]

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