El retorno del enemigo

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El retorno del enemigo
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EL RETORNO DEL ENEMIGO

ISBN: 978-958-49-1819-2

AUTOR

Germán Darío Cardozo Galeano

EDICIÓN

Hipertexto Ltda.

CORRECCIÓN DE ESTILO, DIAGRAMACIÓN Y ARMADA ELECTRÓNICA

Armando Robledo

Corrector de estilo

Roberto López

Diseño de portada y diagramación

Hipertexto Ltda.

www.hipertexto.com.co

Calle 24A #43-22. Quinta Paredes

PBX: (571) 269 9950

Bogotá, Colombia

IMPRESIÓN

Impresión bajo demanda

1ª Edición - marzo del 2021

Dedicatoria

A todas las personas que a través de la historia han sido rechazadas, maltratadas, vulneradas, señaladas, humilladas y oprimidas, invitándolas a que sigan su camino lleno de fe y esperanza en el Dios de la vida que ama, salva y libera a su pueblo. Para los colombianos en general, para los habitantes de Soacha en particular, que en esta pandemia perdieron a sus seres queridos, su trabajo, su estabilidad económica, su salud, su libertad…

A ustedes, los lectores que han seguido mis obras literarias, con gozo en el espíritu, la conclusión de una saga humana y liberadora.

“Confinaron y aislaron nuestros cuerpos JAMÁS nuestras ideas, nuestra mente y nuestro espíritu”

El autor.

Contenido

Prólogo

He regresado

En el primer pozo: el crimen continúa

En el segundo pozo: sepulcros blanqueados

En el tercer pozo: la opresión continúa

En el cuarto pozo: acabaré llorando

En el quinto pozo: los rostros del enemigo

En el sexto pozo: atrapados

En el séptimo pozo: Angel’s, el origen…

La conclusión

Lista de referencias

Notas al pie

El autor

Germán Darío Cardozo Galeano, escritor oriundo del municipio de Soacha (Cundinamarca). De profesión Teólogo, Licenciado en Teología y Magíster en Dificultades del Aprendizaje; también cuenta con estudios en Pedagogía, Filosofía, Contaduría – Finanzas y diplomados en: docencia virtual, norma ISO, estrategias pedagógicas para el desarrollo del pensamiento, estrategias de enseñanza basadas en el aprendizaje, neurodidáctica, modelos pedagógicos, pedagogía humana, entre otros. Por sus raíces familiares, experiencia de fe con Dios y su formación académica, siempre se ha preocupado por: el contexto colombiano, la problemática socioeconómica del municipio de Soacha, los valores, la experiencia de fe, la corrupción, la educación, la crítica social de manera objetiva y temas polémicos que atañen al ser humano, con una mirada llena de esperanza y la convicción de un futuro mejor. Asume su misión de bautizado al anunciar el bien y denunciar el mal que oprime a las personas, a las comunidades, a las instituciones, al país (tal como se evidencia en las tesis de sus dos pregrados, tesis de posgrado, escritos literarios, producción académica resultado de investigación y escritos de opinión).

Actualmente, se desempeña como docente, investigador, escritor y asesor de tesis de grado. Ha escrito obras literarias, libros académicos y artículos de investigación, además de artículos de opinión. Sus obras literarias autoeditadas son el resultado de muchos años de trabajo y por cuestiones económicas fueron publicadas las tres primeras en 2018 y la cuarta en 2019 que en su orden de producción son:

Antologías de “el último de la estirpe” (2018): este libro está constituido por cuatro historias independientes: el último de la estirpe, en terrero del enemigo, el regreso del último de la estirpe y cuando se acaba el amor.

¿Nace o se hace? (2018).

En nombre de la bestia (2018).

La otra cara del crimen (2019).

El retorno del enemigo, la conclusión (2021).

Sus obras académicas resultado de investigación (coautor) son:

• Teología Latinoamericana: diagnóstico y síntesis epistemológica a partir de un estudio hemerográfico (2017).

• Factores del contexto que influyen en las dificultades del aprendizaje (2018).

• Posibilitar un proyecto de vida en medio de las dificultades de aprendizaje (2018)

• Ambientes de paz, una opción para la realidad educativa que se vive en Colombia en la actualidad (2018).

• Dificultades del aprendizaje: una mirada desde los factores del contexto (2019)

• Dificultades de aprendizaje y discapacidad en el aula: una realidad educativa para reflexionar. En: Estrategias de enseñanza y aprendizaje: una mirada desde la investigación. (2019),

• Dificultades del aprendizaje: una mirada desde el aula (2020) en proceso de publicación.

• Soacha y el Sistema General de Participaciones: una distribución que empobrece (2020), está en proceso de publicación.

Artículos de opinión publicados en PeriodismoPublico.com:

“El clero diocesano: otro sector colombiano afectado económicamente a causa del covid-19” (25 de abril de 2020). Disponible en https://periodismopublico.com/el-clero-diocesano-otro-sector-colombiano-afectadoeconomicamente-a-causa-del-covid-19

“El teatro y el abuso en Colombia: un virus detrás de la pandemia” (1 de mayo de 2020). Disponible en: https://periodismopublico.com/el-teatro-y-elabuso-en-colombia-un-virus-detras-de-la-pandemia

“Propuesta de Germán Vargas Lleras: anticonstitucional, opresora, clasista, deshumanizadora y empobrecedora” (5 de mayo de 2020). Disponible en: https://periodismopublico.com/pclave/critica

Prólogo

El retorno del enemigo, la conclusión. Obra literaria que manifiesta el final de la saga de siete escritos de Germán Darío Cardozo Galeano. Se vale de un recurso simbólico apocalíptico, mediante el cual va revelando la situación política y social de Colombia desde la realidad de las periferias. Por tanto, es una producción literaria de crítica, de resistencia y con un fuerte componente teológico.

El término apocalipsis quiere decir revelar, desocultar, sacar a luz lo que está oculto y se opone al término ideología, como falsa conciencia que encubre la opresión y legitima la dominación. Y esto es justamente lo que el autor hace al sacar a la luz inequidades sociales perpetradas en un sistema económico, político, social y religioso injusto y que se percibe de manera especial en la falta de ética de muchos de nuestros gobernantes. Para ello, utiliza la simbología bíblico-numérica del SIETE (plenitud), representada en los capítulos que conforman la obra, precedida por un anuncio “he regresado” ambientada en el altiplano cundiboyacense y con un clima de suspenso, característico del autor; en torno a los siete pozos, nos va deleitando con el realismo mágico de las bellezas naturales apenas contrastadas, con la realidad de pobreza del entorno de donde actúan los personajes principales. Y termina con “la conclusión” donde relaciona explícitamente cada una de las obras escritas y publicadas desde la última hasta la primera: La otra cara del crimen, En nombre de la Bestia, ¿Nace o se hace?, Cuando se acaba el amor, El regreso del último de la estirpe, En terreno del enemigo y El último de la estirpe, siendo esta obra el origen de la saga.

El primer pozo descifra: miseria, muerte, dolor, desempleo, descomposición social agudizada por la realidad de pandemia, la cual ha revelado y con mayor perversidad las exclusiones sociales que vive un gran contingente humano situado en la periferias de las grandes urbes.

El segundo y tercer pozo, también ambientados en el municipio de Soacha, se centran en la denuncia a los muchos abusos de poder mediatizados contra cuerpos sexualizados al interior de las instituciones religiosas y la contradicción en el pensar, decir y actuar de la sociedad colombiana. El segundo pozo toma como referencia el clero de la Diócesis Desconocida, simbolismo que representa la falta de identidad de la institución con la misión encomendada por Jesucristo y sus muchos abusos de poder, especialmente los relacionados con una sexualidad de favores que se cruza con el mundo delincuencial de la región. El tercero, protagonizado por una mujer, revela a una sociedad intolerante y homofóbica, al tiempo que describe los traumas que viven las mujeres en una sociedad heteronormativa. La tenacidad de esta protagonista la lleva a estudiar medicina y desde este espacio se manifiesta otra de las denuncias en tiempos pandémicos que es la estigmatización del sector salud.

 

El cuarto y quinto pozo sacan a la luz cómo el drama de muchas familias en tiempos de confinamiento social por el virus de la Covid-19 toca a la puerta. El confinamiento, la disminución de salarios, la violencia intrafamiliar, la infidelidad, la prostitución juvenil y la muerte, se convierten en un flagelo nacional y mundial.

El sexto pozo continúa revelando cómo desde las periferias se ha enfrentado a la pandemia; entre salud y enfermedad se percibe un sistema de salud colapsado y las estrategias de supervivencia mediadas por las plantas ancestrales medicinales, al tiempo que la realidad de violencia juvenil y las pandillas delincuenciales van fortaleciéndose.

El séptimo pozo, la vida y la esperanza comienza a brillar, solo la fe triunfa sobre las fuerzas ocultas que parecen reinar sobre la humanidad.

Estamos ante una obra que ante tiempos difíciles de caos y exclusión, las comunidades buscan alimentar su fe y su esperanza desde una profunda experiencia de Jesús, que es Dios mismo en comunión con el Padre y el Espíritu Santo; y de la Iglesia, comprendida como comunidad de personas y no una institución particular, a través del recurso literario de la apocalíptica.

La apocalíptica tiene como característica básica la creación de un universo simbólico, del cual depende la vida de la comunidad. Universo simbólico alternativo a un sistema dominante que oprime. Por ello, es un entender el accionar de Dios en medio de situaciones extremas.

En periodos de crisis la experiencia de Dios, en un primer momento, puede ser desconcertante, porque provoca en los creyentes preguntas como estas: ¿será que Dios está actuando? ¿Dónde está actuando? Tal pareciera que los poderes del mal condujeran la historia, que Dios está ausente. Por eso, la apocalíptica descubre un Dios fuerte actuante que controla la historia.

Pero para poder entender las raíces histórico-sociales, este género literario tiene como pretexto tres situaciones históricas:

El nivel histórico, es el pre-texto y responde a la pregunta ¿qué historia está detrás del texto? La historia en la apocalíptica tiene un presente, un pasado y un futuro. Lo básico es el presente en el que se ubican el autor y sus oyentes. Ciertamente el presente es un tiempo de crisis pero también de presencia activa de Dios. Se pone esperanza en el anuncio de un fin, que va a poner punto final al sufrimiento del tiempo presente y dará inicio a un nuevo tiempo. Para responder a esta pregunta el autor, ambientado en el municipio de Soacha, va al pasado para contarnos la historia de cada uno de los protagonistas, al tiempo que proyecta un futuro de esperanza que pone fin al drama social que está describiendo.

El nivel teológico o de experiencia de vida. Se pregunta por el cómo esos hechos históricos fueron interpretados por un grupo o comunidad determinada. Es el contexto. Y responde a la pregunta ¿qué cosmovisión o experiencia de fe tiene esa comunidad? La experiencia de Dios es trascendente, Dios actúa a través de sus mensajeros o ángeles que acortan la distancia entre Dios y los hombres, y que interpretan sueños. Esta dimensión es evidente en la obra por medio de los intermediarios, humanos, animales, naturales, bestias, que van dándole dramatismo a la historia. Pero diremos también que la experiencia de Dios es trascendente en el sentido que está más allá de la muerte y anticipa el destino final de los protagonistas.

Y por último, el nivel literario que nos permite ubicarnos en el lenguaje simbólico para apropiarnos mejor de su sentido. Es la lectura del texto, y responde a la pregunta ¿qué me quiere decir en sí mismo el texto? Utilizando la mediación simbólica, el autor en cada capítulo utiliza personas (anciana) y animales (perro), naturales (pozos) que plantean el enigma o que necesitan ser interpretados.

Tal como si estuviera descifrando los siete sellos del Apocalipsis, el autor va develando el misterio que envuelve cada uno de los pozos, así, poco a poco nos presenta a sus protagonistas mientras que nos deleita con una crítica social sarcástica, jocosa, pero no menos política y de resistencia.

Teniendo esto como presupuesto, el autor, nos hace caer en la cuenta de que la vida humana transciende los límites entre lo bueno y lo malo. Y que el acento en estos dualismos no es más que una proyección del legado religioso que heredamos. Por tanto, estas dos realidades hacen parte de la vida misma. Entender la vida humana en medio de esta polarización es un desafío que el autor plantea a sus lectores.

Así, una de las lecciones que podemos sacar de la lectura es que la verdadera esperanza se realiza aquí y ahora desde la cotidianidad y que ella va más allá de los dualismos que tipifican y excluyen a grandes contingentes humanos. Por tanto, la superación de lo bueno o malo personificado en la humanidad invita al lector a traspasar barreras que nos abren al entendimiento de que la vida humana es diversa, cuan diversas son las experiencias de fe.

Invito a lectores y lectoras a degustar esta literatura de suspenso en el que la vida cotidiana se hace vida, desde la vida misma.

PhD. Maricel Mena López

Coordinadora de investigación

Facultad de Teología Universidad Santo Tomás – USTA

- Posdoctora en Teologia, Doctora en Ciencias de la religión, Magíster en Ciencias religiosas, biblista, escritora con reconocimiento internacional, investigadora, docente universitaria, conferencista. Cv-LAC disponible en:

http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_ rh=0000651761

He regresado

Era la madrugada del 26 de diciembre de 2019 en el municipio de Soacha, el reloj marcaba las 3:00 a. m., hace un año y dos días acaecía el estreno de la película “La otra cara del crimen” con gran aceptación dentro del público. Padre e hijo se habían vuelto a separar por cuestiones laborales, pero estaban en continua comunicación. Juan, quiso disfrutar unos días en compañía de su familia; todo está listo para una travesía por el centro oriente del país, un viaje en auto recorriendo pueblos maravillosos del departamento de Boyacá y deleitando la vista con sus alumbrados navideños. Su hermana Alicia, quien lo había criado, que era como su segunda madre, aquella que lo acogió en su casa cuando era niño, en tiempos cuando algunos de sus hermanos varones mayores lo rechazaban, se burlaban y lo agredían1 y a quienes la vida les enseñó con sus propios hijos el adagio popular “el que escupe para arriba, a la cara le cae” y Eunice, hermana mayor de aquella familia Cárdenas González, se preparaban a partir con gozo y alegría para compartir y festejar las bendiciones de un año que estaba por culminar. Antes de salir, desayunan chocolate y queso acompañado por las deliciosas almojábanas y garullas2 típicas del municipio, un deleite para el paladar. Cada uno se cepilla los dientes, sacan el equipaje, lo echan en el baúl del auto y se disponen a partir.

Juan conduciendo, Alicia de copiloto y Eunice en la parte de atrás, entablan una charla informal; al tomar la Autopista Sur para dirigirse al norte de Bogotá, observan en cada cuadra muchos venezolanos pidiendo dinero; son demasiados, a lo que Alicia dice: cada día hay más y más. ¿Qué estará pasando realmente?, porque hay más de 1.825.0003, el inconformismo de los colombianos crece cada día, y no por xenofobia o cosas así, sino por los homicidios, robos y ataques en masa que han causado muchos de esos extranjeros a las personas que les han tendido la mano y la indiferencia del presidente Duque que sigue dejando ingresar sin ningún tipo de control, ¡y no por humanidad! sino por el dinero que llega al país para atender a la población migrante. Su hermano replica: a propósito, vi las noticias donde entrevistaron al alcalde y afirmó que actualmente en Soacha hay más de 35.0004 migrantes agudizando la problemática social de nuestro municipio.

Al instante, Eunice como de costumbre con su imprudencia y característica sui generis afirma: Uy sí, en esa noche de terror que vivimos en Soacha, la que no nos dejó dormir el 21 de noviembre, cuando decían que se iban a meter a las casas para saquearlas y a los conjuntos residenciales, dicen mis amigas de la parroquia que la mayoría eran venezolanos acompañados de delincuentes colombianos. Juan voltea su rostro hacia donde están sus hermanas y con una sonrisa de mofa les replica: ¡ni venezolanos ni colombianos!, el poder corrupto, los hilos invisibles se burlaron de nosotros, usaron el pánico colectivo para desvirtuar la protesta social y deslegitimarla; ¿no recuerdan que estamos en pleno paro cívico nacional? ¿Quién sabe qué estarán tramando contra el pueblo colombiano?, además, el inconveniente no es la nacionalidad, sino las acciones negativas que están haciendo algunas de esas personas, y el problema socioeconómico de miles de familias colombianas que han perdido sus fuentes de empleo en los restaurantes, centros comerciales, peluquerías, almacenes, trabajo informal en Transmilenio, ventas ambulantes (Periodismo Público.com, 2020)5; también el desconsuelo por los robos y homicidios que han tenido que padecer sus familiares o conocidos6. En ese instante, Juan sintió un frío que recorrió todo su cuerpo, pasaron cinco segundos cuando les dijo: mejor cambiemos de tema. Alicia, ponga música que vamos de paseo no a un funeral. Todos soltaron la risa, dando inicio al esparcimiento y diversión.

Al pasar por el templo de la catedral de la Diócesis Desconocida, Eunice dijo: ¡ahí debe estar monseñor Fandiño Bustamante, un santo que ilumina nuestra iglesia!, lo veo por Cristovisión todos los días, predica tan bonito, dice cosas tan bonitas, como todos los sacerdotes… Juan por el espejo retrovisor la miró, se sonrió y pensó: ¡pobre hermana, morirá engañada! Y al divisar hacia el templo, vio un perro negro echado en la puerta; de sus ojos parecía que le salía fuego y de su hocico saliva; en ese momento frenó el auto en seco a causa de un hueco, es que a las calles del sector hace mucho tiempo no le hacen mantenimiento. Todos se asustaron y en su interior Juan escuchó una voz que le decía: ¡he regresado! Aquel incidente pasó desapercibido por un chascarrillo que dijo Alicia a su hermana: Eunice, baje y dígale a monseñor Fandiño que venga y la acompañe en este paseo, que la siente en las piernas y la acaricie mientras le canta, con eso usted aprovecha, le coge las pelotas y comprueba si le sale agua bendita; todos soltaron la risa, menos Eunice, quien se hacía cruces con su mano derecha y decía: oiga Alicia, respete a monseñor, por eso es que este país está como está, porque se burlan de esos santos hombres; nuevamente a carcajadas los viajeros siguieron su camino.

Al llegar a la Autopista Norte para salir de Bogotá, siguieron la ruta que los llevaría a Boyacá. Efectivamente muy contentos llegaron a su primera parada: elPuente de Boyacá”, lugar hermoso y emblemático para la historia de nuestro país; eran algo así como las 7:30 a. m., hace mucho frío; los viajeros se bajan del auto y se disponen a observar la decoración navideña del lugar y a recorrer el sitio a pie, leyendo las placas con los relatos históricos de los hechos ocurridos aquel 7 de agosto de 1819. Divisan el contraste de la vegetación, la decoración y la construcción histórica, se toman fotos y resuelven ir al baño, menos Juan, quien se queda sentado al borde del pequeño puente donde se libró la heroica batalla de nuestros campesinos colombianos contra el ejército español, conocida como “La Batalla de Boyacá”7.

 

En ese intervalo, una anciana vestida con una ruana de color negro “su rostro maltratado, cansado y su físico caracterizado por una joroba en la espalda que no le permitía estar erecta”,8 se acerca a Juan, le dice: bonito lugar; él la mira y le responde: así es, además con una riqueza histórica muy grande. La mujer le contesta: muy pronto llegará a un sitio donde se encuentran SIETE pozos naturales con aguas profundas de color verde y azul. Allí se unirán el pasado, el presente y el futuro; cada pozo representa la vida de alguien que se ha cruzado con usted de una u otra manera; luego concluirá aquello que dejó de decirse en SIETE libros: El último de la estirpe, En terreno del enemigo, El regreso del último de la estirpe, Cuando se acaba el amor, ¿Nace o se hace?, En nombre de la Bestia y La otra cara del crimen.

Juan le dice: tuve la oportunidad de leerlos y efectivamente revelan muchas cosas y brindan una esperanza en medio del caos que reina por este tiempo, porque Dios siempre se manifiesta y acompaña a las personas, así sea imperceptible como aquel susurro de brisa suave que experimentó el profeta Elías (1 Re 19, 12). La mujer sonriendo le replica: espero no cambie su postura cuando comience a descubrir en los pozos lo que está por acontecer. Me voy señor, tengo mucho que hacer en mi vivienda, una hermosa laguna mágica ubicada en un pueblo de Cundinamarca, y soltando una carcajada desapareció. Juan no sintió miedo; muchas veces se había enfrentado a situaciones peores, pero al mirar hacia el horizonte, volvió a ver el perro negro de hace unas horas, con los mismos ojos como saliéndole fuego y la misma saliva de su hocico, reitera escuchar: ¡he regresado!, al instante llega a su mente la imagen de Bruno, la cual se diluye rápidamente.

En ese momento se desata una tormenta similar a la que ocurrió a mediados de los años setenta9, porque todo comenzaría de nuevo, pero esta vez para concluir la historia. Juan toma aire y repite en voz baja: “Oh Señor, no permitas que nunca me separe de ti, úngeme con tu Santo Espíritu y líbrame de una mala hora”, corre hacia el carro para protegerse y se encuentra de nuevo con sus familiares pero no les comenta nada de lo sucedido minutos antes. Dentro del vehículo perciben que la tormenta pasó y continúan su viaje, pero una pregunta comienza a inquietar a Juan ¿quién ha regresado?

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